[Review] Making a Murderer, el escalofriante documental de Netflix

La llegada de Netflix a España ha traído consigo que descubramos grandes joyas hasta entonces, quizá escondidas. Una de ellas es la serie-documental de la que todos hablan, y que ha conmocionado a todos los espectadores durante las pasadas navidades, fecha en la que fue estrenada. Making a Murderer, la fascinante historia de un hombre condenado a 18 años de prisión por un delito que nunca cometió.

Steven Avery es el protagonista de este apasionante documental, un trabajo que ha reunido mas de 700 horas de metraje de entrevistas e infinidad de imágenes de archivo como los juicios reales que se celebraron en contra de Avery, así como los diferentes interrogatorios de la policía durante el transcurso de la investigación. Steven Avery nació en 1962 en el condado de Manitowoc, Winsconsin, creció en una familia muy humilde, y desde los 18 años hasta los 23 fue detenido en diferentes ocasiones por diferentes delitos como robos menores o amenazas, siempre cumplió sus respectivos castigos y nunca negó la autoría de estos hechos. Sin embargo en 1985 fue encarcelado por una agresión sexual e intento se asesinato, durante 18 largos años mantuvo su inocencia hasta que en 2003, una prueba de ADN que en el pasado no cabía la posibilidad de hacer, demostró su inocencia y fue exonerado. El condado de Manitowoc le había arrebatado casi 18 años de su vida, le había costado su matrimonio y el no poder ver crecer a sus hijos, por lo que presentó una demanda federal. Es aquí cuando comenzó la autentica pesadilla de Steven...

Todo esto transcurre tan solo durante el episodio piloto de Making a Murderer, una hora que te resume las vivencias e injusticias que tuvo que vivir durante casi dos décadas. En apenas una hora es imposible que su historia no marque al espectador, y le haga sentir impotencia y rabia por lo que tuvo que pasar. Pero... esto no había hecho mas que comenzar.

Dos años mas tarde de su puesta en libertad, en 2005, una joven local llamada Teresa Halbach desaparece, y todas las miradas, en concreto la de los fiscales y sheriffs a los que Steven había demandado, se centran en él como principal sospechoso. Como ocurriera anteriormente, siempre defendió su inocencia de los hechos, pero a medida que pasan los días y semanas, extrañas pruebas van apareciendo en la residencia de los Avery, y también testigos con nada concluyentes y contradictorias declaraciones. Todo un sin fin de mentiras y persecución contra su persona, que no deja indiferente a nadie. Pero cuya historia preferimos no desvelar para aquellos que no le hayáis dado aun esa oportunidad que se merece.

Making a Murderer no es una de esas series que hay que ver una vez en la vida por su magnifica realización, unas grandes interpretaciones y un guión redondo. Es la vida de un hombre inocente, y de cuán lejos pueden llegar algunas personas con el fin de conseguir sus objetivos. Sin duda, Netflix ya merece la pena por grandes joyas como esta. Porqué pocas series, de todas las que podamos ver en una vida, conseguirán causarte tantos sentimientos encontrados.