[Review] Juego de Trono 6x05: "La Puerta"

El quinto episodio de la sexta temporada de Juego de Tronos es el único que se ha adelantado unas horas a su estreno debido a una filtración unas seis horas antes de que HBO le diera al botoncito del play para ofrecernos un vuelco más en la historia de Bran, Arya y Sansa, tres de los puntos fuertes de un capítulo marcado por una sola premisa que se repite una y otra vez: a quién servir.

Es increíble la capacidad de Beniof y Weiss de fundirlo todo en un mismo episodio y en este caso lo focalizan en los Starks, haciendo que la historia tome más peso aún, sobre todo por cómo lo hacen, aunque nos queden muchas dudas abiertas, tanto en el hype como en la construcción de los hechos. Y sí, es imposible no pensar en Bran, en su pasado, en el peso que carga su historia y en qué será de él.

Hay demasiadas incógnitas en su entorno después de sobrevivir a todo el ejército que comanda el Rey de la Noche, pero esa es la pregunta fácil, la interesante es el peso con el que cargará Bran: ha marcado el desorden de Hodor para toda una vida, un amigo al que ha controlado para sobrevivir, ha perdido a Verano sin ser consciente, ha sacrificado a su actual maestro y ha quedado marcado destrozando todo lo que le rodeaba para huir sin un rumbo fijo. Madre mía Bran.

Y eso es su presente más inmediato, porque la historia por la que ha pasado el cambiapieles no es ni mucho menos para una película de Disney, siendo el punto de inflexión la definición del propio Hodor. Nunca sabremos si en esos últimos instantes de vida él todavía lo controlaba o su yo liberado seguía luchando por defender a Bran, pero de cualquiera de las maneras todo viene marcado por la mala utilización de sus poderes. Si ya era interesante, lo que le queda lo es aún más, sobre todo por esa marca que sin duda será fundamental en lo que queda de temporada (aunque no tengo ni idea de cómo afectará al final de la serie con su poder, a eso no paro de darle vueltas).

Y en esa misma trama hay algo más que interesante que recalcar, ya que hemos visto a la tercera persona en la serie que ha sido capaz de asesinar a un caminante blanco después de Sam y Jon Snow. Y es que la querida Meera, la única compañera de Brandon, sacó la garra y destrozó a uno de los jefes del ejército con una lanza que lo convirtió en pedazos de hielo.

En punto de interés sin ninguna duda hay que viajar con Arya para conocer cómo la pequeña Stark sigue desligándose de su familia a pesar de las pruebas constantes a las que es sometida. Sin duda las anteriores fueron duras, físicas, mentales...pero nunca llegó al punto de enfrentarse directamente con su pasado y con su presente, ya que al fin y al cabo su misión es asesinar a la otra Cersei.

Es curioso el juego con el que la historia enfunde en un segundo a todos esos personajes de la lista que ella parece (por su mirada) no haber olvidado y en esa obra tanto Cersei, Joffrey como Illyn Payne aparecen como un trabajo que cumplir, otra prueba más sin duda. Lo interesante es que Arya afronta lo que en su pasado no quiso, la muerte de su padre, el destino que nunca conoció de su hermana, los abusos a su familia, lo más duro por lo que podía pasar. Sólo nos queda verla aprovechando alguna de esas millones de 'máscaras'.

Cómo y a quién servir ante el Juego de Tronos

El servilismo de Hodor que da la vida ante Bran (y Verano), el de Arya a Jaqen H'ghar  para convertirse en nadie y por supuesto el de Sansa, que inconscientemente sigue embaucada por Meñique, que esta consiguiendo de nuevo manejar todos los hilos de Poniente. Él ha preparado su ejército, ha provocado la guerra (ya veréis) y ahora logra que Sansa cuente con el ejército del Valle después de todo lo sucedido con Ramsay. ¡Meñique presidente!

La misma idea se repite una y otra vez, pensadlo. A pesar de las diferencias lo único que une a Tyrion, Varys y Kinvara es servir a la misma reina, aunque entre medio haya un discurso magnífico de la sacerdotisa que una el pasado de Varys con un toque de magia que nos deja la boca abierta tanto como a él, otro punto sobre el que centrarnos en su personaje.

Jorah vuelve a demostrar hasta qué punto lo daría todo por Daenerys, Brienne se cuestiona las órdenes de Sansa pero las sigue a pesar del sacrificio que hará tras las dudas con Davos y Melissandre y los Caminantes Blancos....bueno, deberían estar al servicio de Los Niños, sus creadores, otro punto de inflexión que nos desvela un episodio repleto de destrucción.

Y entre todo, el extraño caso de las Islas del Hierro. Mato al rey que todos amabais para convertirme en vuestro nuevo rey...y matemos a sus dos hijos aquí presentes, que son la escoria de nuestro emblema y me quieren asesinar. Ya, esa es la trama en la que se envuelve el mismo servilismo en el que Theon se arrodilla públicamente para conseguir que su hermana sea reina ante su tío.

Lo entendamos o no, es una cuestión que se repite constantemente en la serie, el asesinato del mayor para seguir gobernando y crecer, no es la primera vez que lo vemos. Dany acaba de hacerlo con los dothrakis, Ramsay lo repitió para conquistar el Norte, en la Guardia de la Noche se realizó también al final de la temporada pasada, una constante que en este caso finaliza con otra huida y mil naves para preparar, algo que nos hace pensar que no tardaremos poco precisamente en ver de nuevo a Euron.

Esta temporada es de Bran, desde todos los puntos de vista. Sería fácil adjudicársela a Jon, pero entre los flashbacks, el repunte que acaba de tomar su historia con Hodor, la huida, la pérdida de su huargo y el brazalete de hielo que ahora le persigue, hacen de su historia la más interesanate en lo que queda de Juego de Tronos.