Los retrasos creativos en la televisión moderna
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Hace unos meses, al anunciarse la renovación por una 4ª temporada de The good place, su creador Michael Schur explicaba en una entrevista que la prontitud de dicha renovación no era tanto un positivo signo de confianza de NBC en la serie, aunque evidentemente algo de eso hay, sino el resultado de un trato. "Si la cadena quiere que emitamos en septiembre, tienen que renovarnos en noviembre/diciembre, porque hacer la serie lleva un tiempo", declaró el guionista. Así de sencillo y de práctico. En las cadenas de televisión en abierto funciona así el asunto. Crazy ex-girlfriend acaba de emitir su episodio 13 mientras anunciaba en redes que el rodaje de la serie, que llega al final con su episodio 17, ha concluido.
Comparemos esto con la noticia que se revelaba estos días en el turno de HBO dentro del TCA, según la cual la 3ª tanda de Westworld comienza a rodarse el mes que viene, garantizando un estreno en 2020. True Detective, Fargo, Stranger Things Juego de tronos, Homeland, Atlanta, American Crime Story... todo proyectos de televisión que tienen en común la máxima de "no meterle prisa a los creativos". O a determinados creativos, porque después hay series de Netflix con renovaciones dobles que obligan a rodar temporadas juntas.
Los retrasos, aunque nunca deseables, son cada vez más comunes en la televisión moderna, y la actitud de las cadenas de cable y streaming varía desde la compresión, como FX, hasta la prisa, como la infame segunda temporada de True Detective como punto de inflexión para HBO y su recepción pública. En abierto no se tienen tales consideraciones, ya que la maquinaria no puede parar nunca y septiembre/enero/abril son meses de estreno sí o sí.