El cuerpo del alpinista austríaco David Lama será incinerado en Katmandú
Los restos mortales del alpinista austríaco David Lama, fallecido el pasado día 16 en una avalancha en las Montañas Rocosas de Canadá a los 28 años, serán incinerados en Katmandú, informó este lunes la televisión pública ORF.
Según la emisora austríaca, que cita a la agencia de Lama, los padres de David, Claudi y Rinzi Lama, esperan que en los próximos días se produzca el traslado de los restos mortales de su hijo de Canadá a Austria.
Poco después viajarán a la capital de Nepal, donde los restos del joven escalador serán incinerados en una ceremonia de duelo celebrada según el rito budista-sherpa.
"No habrá funeral" y la familia ha pedido comprensión por el hecho de que no dará más información "en estos momentos difíciles", aunque "a su debido tiempo habrá un acto de despedida en el Tirol", indicó la fuente.
David Lama nació en Innsbruck, capital del estado federado austríaco del Tirol, en el suroeste del país, de madre tirolesa y padre nepalés, y comenzó a practicar el alpinismo con cinco años de edad.
Uno de sus mayores éxitos fue el primer ascenso libre de la arista sureste del Cerro Torre (3.133 metros, sur de Patagonia) por la famosa vía del Compresor, en 2012.
En otoño pasado se convirtió en el primero en conquistar en solitario la cumbre de la montaña del Himalaya Lunag Ri (6.895 metros), en la frontera entre Tíbet y Nepal.
Murió junto a Hansjörg Auer (austríaco, 35 años) y Jess Roskelly (estadounidense, 36 años), el 16 de abril pasado tras haber alcanzado la cima del Howse Peak, en el oeste de Canadá, cuando una avalancha les alcanzó mientras descendían de la montaña por su cara este.
Habían iniciado ese mismo día el ataque a la cara este del Howse Peak, una de las cimas más difíciles y técnicas de las Montañas Rocosas canadienses.
La ruta por la cara este del Howse Peak, que tiene una elevación de 3.395 metros, sólo fue abierta en 1999.
Según las autoridades canadienses, a pesar de la experiencia de los tres montañeros, la avalancha, por sus características, hizo imposible su supervivencia.
Los cuerpos de los tres montañeros, considerados entre los mejores del mundo, fueron recuperados cinco días después, el 21 de abril.