Iturria, gloria en tierra de brujas
Carlos de Torres
Urdax Dantxarinea (Navarra), 4 sep .- Mikel Iturria (Urnieta, Gipuzkoa, 27 años) logró estrenar su casillero profesional con "un triunfo de alma y corazón" en tierra de brujas, entre impresionantes valles navarros donde las leyendas y la mitología han marcado la historia de la zona.
En Urdax Dantxarinea estaba marcado el destino glorioso de un currante del pelotón aficionado a las apuestas de ciclismo 'online' que tal vez metiera ficha por él mismo como candidato a la victoria en la undécima etapa de la Vuelta. Nadie más hubiera confiado en él.
Pero la fe de Iturria no tiene límite. Marcó la etapa cuando se presentó el recorrido, fue a reconocer el recorrido en un entrenamiento y ejecutó su plan a la perfección. Momento cumbre en Urdax para Iturria y su equipo. Nadie, ni él, hubiera apostado por escena semejante hace dos años.
Un 15 de agosto durante la primera etapa del Tour del Limousin la tragedia rondó a Iturria. Sus padres, María Ángeles y Juan Bautista, habían pedido permiso en el trabajo para ir a seguir a su hijo en esa competición.
Pero Mikel no llegaba. Llegó la desesperación. Y una llamada del técnico del Murias Jon Odriozola les informó de que su hijo se había caído y que iba camino del Hospital de San Junien.
Mikel escuchó un fuerte frenazo y segundos después una decena de ciclistas le caían encima en catarata. Su pierna derecha no tardó en inflamarse. Su fémur estaba destrozado y debía ser trasladado al hospital.
Los cirujanos de Saint Junien hablaron de una lesión grave y operación muy complicada. Además, perdió tanta sangre que fueron necesarias varias transfusiones. Una cicatriz de 20 centímetros da fe de aquel maldito episodio que a punto estuvo de costarle la carrera como ciclista.
No fue la única desgracia en aquel maldito 2017, pero sí la más grave. A primeros de año sufrió bursitis que los médicos tardaron en detectar. La primavera también fue nefasta para él, ya que en la Vuelta a Madrid se rompió un radio.
El Tour del Limousin le envió a una dura convalecencia de sufrimiento diario. Tardó dos meses en subirse a un rodillo y en varios más pudo subirse, aunque con dificultad, a una bicicleta. La luz se encendía.
Lo físico lo trabajó a fondo Mikel Iturria, la parte moral también fue cosa de sus compañeros, familia y amigos. Y su director, Jon Odriozola, tocó la tecla: "Confío en ti, no puedes engordar un gramo". Palabras balsámicas.
Iturria debutó como profesional en 2013 como los colores de la Fundación Euskadi, hasta 2014. En 2015 desapareció la Fundación como equipo continental y se recalificó como amateur en la misma formación. Desde 2016 forma parte del Euskadi Murias.
Cuando su actual equipo más lo necesitaba, las brujas se pusieron del lado de un luchador que superó una grave lesión y con alma y corazón consiguió un triunfo que le compensa todos los momentos de zozobra. Una bella forma de responder a la confianza otorgada cuando no podía ni andar. Y además "cerca de casa".