La nueva España escala otro peldaño con el ataque como asignatura pendiente
Antonio Soto
Wuhan (China), 7 sep .- Peldaño a peldaño, en una subida no exenta de sufrimiento, la selección española ha logrado meterse entre los ocho mejores equipos del Mundial y sigue aspirando a todo, consciente de las limitaciones de un grupo renovado que, no obstante, aún tiene margen de mejora, especialmente en ataque.
Por primera vez en mucho tiempo, no queda nadie de los juniors de oro. Solo se mantienen dos de los campeones en la Copa del Mundo de Japón -Marc Gasol y Rudy Fernández- y el equipo no ha podido contar por diferentes causas con algunas de las piezas más cotizadas de entre los seleccionables como Pau Gasol, Sergio Rodríguez, Nikola Mirotic o Serge Ibaka.
Por tal motivo, la nueva selección española, acostumbrada a subirse a todos los podios, está obligada en esta ocasión a exprimir al máximo sus virtudes y disimular en la medida de lo posible sus defectos, como hizo ante Italia, maquillando sus malos porcentajes con una defensa impecable que resultó clave para el triunfo final.
Se sufrió de lo lindo en la fase de grupos ante Irán, Puerto Rico y Túnez, pero se ganó a los tres, y ante los italianos se dio un paso al frente para resolver un partido trabado, en el que tuvieron que aportar todos para compensar que ni Marc Gasol ni Ricky Rubio, los emblemas del equipo, tuvieron su mejor día.
Pese a las críticas recibidas por sus tres primeras actuaciones, los jugadores estaban convencidos de que irían creciendo en el campeonato, conscientes de que tienen un legado que mantener y deben intentar que se note lo menos posible la transición que ha experimentado el equipo en los últimos años.
Siete de los doce convocados por Sergio Scariolo debutan en una Copa del Mundo y ese proceso necesita una adaptación, por lo que el cuerpo técnico se tomaba los tres primeros partidos como la última parte de la preparación para cuando llegase la hora de la verdad.
Y esa hora llegó el viernes. Italia era el primer gran rival en el camino hacia la lucha por las medallas y la cita de Wuhan era a vida o muerte. Por eso se necesitaba que el equipo diese un paso al frente.
Y lo dio, demostrando que cuando este grupo defiende tiene mucho ganado y compensa la intermitencia en sus ataques y sus bajos porcentajes en el tiro. Además, con la participación activa de los menos habituales, que compensaron que Gasol y Ricky no estaban jugando al nivel que lo hicieron en Cantón.
Volvió a dejar muy buenos minutos Sergio Llull, clave en el despertar español tras las desconexiones del inicio, y resultaron fundamentales Juancho Hernangómez, que mantuvo a la selección tras el descanso, y Víctor Claver, bien en ataque y excelso en la defensa de Danilo Gallinari.
Por primera vez en el torneo, se quedaron tres jugadores en el banquillo -Quino Colom, Xavi Rabaseda y Javier Beirán- y los minutos se los repartieron los otros nueve hombres.
Para continuar con su progresiva mejoría, el siguiente test es de los gordos, ya que este domingo se luchará contra la favorita Serbia por el liderato del grupo J.
Ahí se sabrá si el próximo escalón al que se enfrenta España es la siempre peligrosa armada argentina o la sorprendente selección polaca y si el próximo destino de la selección es Shanghai, si acaba primera de grupo, o Donguan, si termina segunda.