Salwa Naser, la reina de Doha
Jose Antonio Diego
Doha, 4 oct .- Salwa Eid Naser Ebelechukwu Agbapuonwu. Casi se tarda más en desentrañar su nombre que el tiempo invertido por ella en recorrer la pista de 400 metros de un estadio Khalifa insólitamente poblado de espectadores para causar la sensación de los campeonatos: 48.14 segundos.
A falta de tres días de competición, los Mundiales de Doha ya tienen reina: una bahrainí de apenas 168 centímetros de estatura y 54 kilos de peso que nació en Nigeria hace 21 años y se trasladó con 11 a su país de adopción. Acaba de acuñar el mejor registro del mundo en 34 años.
Por delante de ella en el ránking de todos los tiempos ya solo quedan dos marcas sospechosas, acreditadas por atletas procedentes de la Europa oriental, las únicas de la historia que han bajado de los 48 segundos. Los 47.60 de la alemana del este Marita Koch en Camberra cumplirán 34 años el próximo domingo, día de clausura de los Mundiales.
A continuación, otro crono no menos controvertido, los 47.99 de la checoslovaca Jarmila Kratochvilova en el estadio Olímpico de Helsinki, en agosto de 1983. Eran los tiempos de la "barra libre" en materia de dopaje en la Europa comunista.
Para los puristas, Naser es la plusmarquista mundial "in péctore", ya que no puede serlo con carácter oficial. La IAAF, aunque llegó a planteárselo a comienzos de siglo, no se atrevió a dar el paso de inaugurar un nuevo libro de récords para dejar atrás aquellas marcas -todavía en vigor- que se presumen obtenidas con ayudas y métodos artificiales.
Naser, de tipo menudo, deslumbró con su exhibición a la segunda clasificada, la campeona olímpica Shaunae Mille-Uibo, de gran envergadura (1,85 y 69 kilos). La bahamesa no acertaba a explicarse cómo había perdido la carrera después de haber rebajado en medio segundo la mejor marca de su vida, con 48.37, récord centroamericano y del Caribe.
"Todo es posible", replicó la bahrainí cuando se le planteó la posibilidad de batir el viejo récord mundial de Marita Koch.
Naser partió como una bala -no me gusta cazar, dijo- y adquirió en el primer 200 una ventaja que supo administrar sin derrumbarse en la recta, aun cuando Miller-Uibo le iba comiendo terreno.
Las gradas y los pasillos del estadio Khalifa se encontraban este jueves insólitamente poblados de espectadores vociferantes que habían acudido al reclamo de la Fundación Catar para contemplar de forma gratuita el espectáculo: por primera vez en la historia de los campeonatos cinco mujeres bajaban de los 50 segundos.
De sorpresa en sorpresa. En 2015, con 17 años, Naser todavía corría con hijab cuando se proclamó campeona del mundo juvenil. Hace dos años, en los Mundiales absolutos de Londres, se colgó la medalla de plata cuando militaba todavía en categoría júnior, y en los dos últimos años sólo ha perdido un 400, precisamente contra Shaunae en el mitin de Montecarlo de 2018 (48.97 de la bahamesa frente a sus 49.08).
Se ha propuesto tres objetivos nada tímidos como atleta: ser campeona mundial, ganar la medalla de oro olímpica y batir el récord del mundo. El primero ya lo tiene. El año próximo, en los Juegos de Tokio, tendrá la oportunidad de atacar los otros dos.