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Ni un paso atrás. Ni un minuto que perder. Son malos momentos para Conor McGregor después de su derrota ante Dustin Poirier en la gala 257 de la UFC, la principal organización de las artes marciales mixtas (MMA). El irlandés, acostumbrado a vivir en la gloria, autor de imponentes victorias por KO, tiene que lidiar ahora con un momento de cierta humillación tras sucumbir ante el norteamericano en menos de dos asaltos completos. Sus dos últimos grandes combates dentro del octágono acabaron mal, pero ha querido lanzar un mensaje: "Volveremos a construirlo".
Aún dolorido en su pierna izquierda, masacrada por Poirier, y ya de vuelta en Dublín, McGregor se fue con la familia a desconectar. Aparentemente, pues incluso jugando con uno de sus hijos, ambos subidos a sendas excavadoras, avisó a navegantes de que volverá a reinar. Desde 2015, tras el histórico KO a José Aldo a los 13 segundos, el irlandés ha protagonizado seis peleas en la UFC: tres victorias y tres derrotas.
Primero cayó contra el americano Nate Díaz, por sumisión en el segundo asalto. Se vengó pronto McGregor, cinco meses después aunque sin noquearle. Venció fácilmente a Eddie Álvarez en dos asaltos también en 2016. Hizo un paréntesis en el octágono para el célebre combate de boxeo frente al legendario Floyd Myweather. Regresó en 2018 para otra pelea no menos esperada, ya en artes marciales mixtas, contra Khabib Nurmagomedov. Fue sometido por el ruso con rotundidad. Volvió hace un año frente a Donald Cerrone, a quien arrolló hasta el KO en sólo 40 segundos. Fue su última pelea antes de la del sábado frente a Poirier.
McGregor sabe que su sueño de revancha frente a Khabib está ahora más lejos que nunca. El ruso, muy probablemente, concederá tal honor a Poirier antes que al irlandés, el derrotado. El americano también fue vencido por el ruso y su victoria el sábado en Abu Dabi le concede preferencia. Todo ello si Khabib confirma que regresa al octágono, pues oficialmente sigue como peleador retirado de la competición profesional. Para empezar, McGregor tendrá que recuperar su honor ante Poirier. Desde luego, el panorama en el peso ligero de la UFC es emocionante.