Portugal se sume en el caos político por la final de Champions League: "Es humillante"
Aumentan las voces que piden dimisiones en el Gobierno de Portugal, incluida la del primer ministro, António Costa, por el doble rasero en la aplicación las medidas anticovid y la tolerancia ante los excesos de los aficionados británicos en la final la UEFA Champions League disputada en Oporto.
"La organización de la final dio una pésima imagen de Portugal y va a tener consecuencias imprevisibles", lamentó Francisco Rodrigues dos Santos, líder del CDS.
El Gobierno luso, que mantiene el veto a la asistencia de público en las competiciones deportivas nacionales y prohíbe las concentraciones en la calle, aceptó, sin embargo, más de 15.000 espectadores en la final de la Champions que enfrentó a Chelsea y Manchester City en Oporto el sábado.
Prometió medidas de seguridad "extraordinarias", pero los aficionados británicos tomaron Oporto sin mascarillas, sin guardar distancias y sin respetar las reglas exigidas a los portugueses.
La responsabilidad, según el dirigente de centro-derecha, es "del Gobierno, que adoptó un criterio contradictorio e incoherente".
Rodrigues dos Santos reclamó la dimisión del ministro del Interior, Eduardo Cabrita, quien "continúa fuera de juego, Costa no lo dimite y los portugueses deben sacarle tarjeta roja".
También Andre Ventura, del ultraderechista Chega, pidió la dimisión de Cabrita por "humillar" a los portugueses y reclamó un "criterio coherente" al Ejecutivo.
Sus críticas se suman a las de líderes de la oposición, de izquierda y derecha, e incluso a las del propio presidente del país, Marcelo Rebelo, que pidió coherencia en las decisiones políticas.
Más contundente aún se ha mostrado el presidente del FC, Pinto da Costa, que ha pedido la renuncia del primer ministro: "Si no es capaz, dimita".
Da Costa reaccionaba así ante el veto gubernamental a la asistencia de 500 espectadores en la final nacional de baloncesto mientras se permitía a miles de británicos acceder al estado Do Dragao en la cita de la UEFA.
"Es una tristeza grande", lamentaba el presidente del Porto FC, para quien el Gobierno "ha dado un ejemplo increíble de cretinismo".
Preguntado por los incidentes, António Costa esquivó a la prensa este fin de semana y, por el momento, el Gobierno se mantiene en silencio ante la lluvia de críticas.