Las primeras palabras de Beatriz Flamini tras el récord de 500 días en una cueva: "¿Quién paga las cervezas?"
Beatriz Flamini ha hecho historia. La deportista de élite, alpinista, escaladora y espeleóloga ha batido el récord mundial de permanencia en una cueva tras 500 días en una en Granada.
Sobre las nueve de la mañana, con la presencia de amigos, médicos, psicólogos y medios de comunicación, la mujer ha salido de la cueva junto a sus pertenencias y vestida con unas gafas para protegerse del sol.
Las primeras palabras de Beatriz Flamini
Y parece que no ha perdido el sentido del humor. Beatriz salió de la cueva entre risas e incluso tuvo tiempo para vacilar a sus amigos y preguntarles sobre las cervezas de antes de entrar a la cueva.
"¿Quién pagó las cervezas el viernes?", preguntó Flamini. Este récord era parte de un experimento científico que forma parte del proyecto Timecave. Un hito histórico por permanecer a más de 70 metros, completamente sola, sin contacto con el exterior, en silencio y sin poder saber si era de día o de noche.
El objetivo del descenso a la cueva
Su intención era la de demostrar que se puede vivir alejado de la sociedad y de las cargas que esta te provoca. Además, tras pasar estos 500 días, Beatriz se ha puesto en manos de médicos para ser estudiada y ver que efectos tiene sobre el cuerpo y la mente de un ser humano.
“Os quiero un montón, estoy muy agradecida. No tengáis en cuenta nada de lo que hayáis visto allí abajo”, comentó Beatriz en modo de broma a los dos espeleólogos y la psicóloga que han estado más de 40 minutos ayudándola para salir de la cueva de Motril.
“Me gustaría ser amable y contestaros a todos. Permitidme que me pueda pegar una ducha, que llevo un año y medio sin tocar el agua. Nos vemos luego en un ratito”, aseguraba.
Sin duda, un hito histórico que coloca a Beatriz Flamini entre las deportistas de élite más importantes. Esto ayudará a los médicos de nuestro país a conocer como afecta el aislamiento social y la desorientación temporal extrema a la percepción del tiempo.
