El padre de Haaland la lía en el palco del Bernabéu: cortes de mangas y enfrentamiento con la afición

El padre de Erling Haaland fue uno de los protagonistas del partido del Real Madrid ante el City que terminó en 1-1. El noruego se encontraba en el palco viendo a su hijo, pero parece que el partido a pesar de estar entretenido a él no le estaba seduciendo y en un momento del segundo tiempo empezó a encararse con aficionados como se puede ver en el video.

El padre de Haaland se encara con la grada del Bernabéu

Alf-Inge Haaland al comienzo de la segunda mitad comenzó a tirar cacahuetes a los aficionados que estaban más cercanos al palco donde él se encontraba viendo el partido como informó la Cadena Ser.

🚨 Lo cuenta @manucarreno ⚽️

⚠️ El padre de Haaland ha tirado cacahuetes y haciendo diferentes gestos a la afición del Real Madrid con un comportamiento lamentable

🦺 Fue al inicio de la segunda parte y los miembros de seguridad tuvieron que desalojar su palco pic.twitter.com/a5EAjQypWv

— El Larguero (@ellarguero) May 9, 2023

Esta acción no gustó nada a los allí presentes y empezaron a afearle la acción y recriminárselo. El padre de Haaland lejos de aplacar los ánimos y alejarse del conflicto se encaró a los madridistas y llegó a hacerle un corte de mangas. El asunto terminó con la seguridad llevándoselo de la zona para evitar males mayores.

El Madrid consiguió desconectar a Haaland

Parece que a Alf-Inge no le estaba interesando el partido del Manchester City a pesar de que fue un gran partido digno de unas semifinales de Champions. Lo que no le gustaría del todo fue el de su hijo, Erling Haaland.

El sistema defensivo del Real Madrid supo desconectar al delantero del partido y no generó peligro alguno en la portería de Courtois a pesar de su registro goleador esta temporada. Contra el Madrid no fue capaz de trenzar una acción con el resto de sus compañeros y se debió al buen hacer de Rüdiger, entre otros.

El alemán fue la sombra de Haaland durante todo el partido y apenas le dio oportunidades de que mirara a la portería blanca, ya que en cuanto se daba la vuelta ahí estaba él para desbaratar su acción. No fue una buena noche para ninguno de los noruegos, ni el que estaba en el campo, ni los que estaban en la grada.