Cris Gutiérrez, por dentro se esconde la bestia
José Anselmo MorenoValladolid, 21 dic .- Ella lo dice, como es de Burgos se presenta en Valladolid con una finísima camiseta de manga corta en pleno diciembre y en plena calle, así de audaz es Cristina Gutiérrez, única europea que correrá este año el Dakar con un Mitsubishi igual por fuera, aunque por dentro "se esconde la bestia"
Habría que preguntarse a qué bestia se refiere Gutiérrez al pronunciar esa frase, ya que ella ha sido la primera española de la historia en acabar este rally de extrema dureza y su currículo está lleno de carreras fulgurantes y plenas de vértigo, lo que contrasta con el "tortu" (de tortuga) que figura en su identidad de Twitter.
Además de "Finisher Dakar", es subcampeona del Campeonato de España de Rallys Todo Terreno, cinco veces campeona de España en categoría femenina, vencedora del Sealine Cross-Country Rally en Qatar 2016 y seleccionada por la FIA para el Womens CrossCountry.
A juicio de la piloto burgalesa, el Dakar es distinto a otras carreras, es "una lección de pilotaje y de vida", eso ha declarado hoy antes de poner rumbo a Perú, donde arrancará una nueva edición de la mítica prueba, en la que compite por segundo año consecutivo.
Gutiérrez ha pasado esta tarde la ITV de su coche en la estación Itevelesa de la capital vallisoletana e interpelada por Efe sobre cuál es el reto esta vez, ha asegurado que terminar de nuevo "estaría bien", pero que con el coche que llevará aspira a hacer mejor clasificación, ya que ha tenido "mas tiempo para prepararlo".
"Nos hemos fijado un reto complicado, aunque también muy ilusionante, el de ser los más rápidos en nuestra categoría y será difícil porque nos tocará luchar de tú a tú con corredores experimentados y máquinas bien preparadas y testadas", ha agregado.
Sobre su coche, precisamente, Cristina se ha mostrado "muy optimista" con las mejoras de los últimos meses. "Los principales cambios son en la suspensión, el motor, que es el de alta gama de Mitsubishi, el cambio manual y también hemos bajado hasta cien kilos de peso", ha aseverado.
Ha incidido, además, en que se ha mejorado el centro de gravedad para que su Mitsubishi sea "más estable" y que por fuera es igual, pero por dentro "se esconde una bestia", según ha recalcado.
Respecto a su experiencia en el primer Dakar, el del año pasado, ha asegurado que se trata de una carrera "muy espontánea" y que está llena de imprevistos, con enlaces "largos y agotadores".
"Descansas muy poco y cada etapa es todo un mundo, te pueden pasar cosas muy bonitas o puedes pensar en abandonar cada día", ha precisado la burgalesa.
Con su gesto decidido y la ilusión que transmite no parece que lo de abandonar vaya a ser una de sus primeras decisiones cuando aparezcan los problemas. Y es que los problemas siempre aparecen en un Dakar. Eso es seguro.
Este próximo rally de la prueba en ruta más exigente del mundo arrancará en Perú el 6 de enero y finalizará en Argentina catorce días después. Es la 40ª edición y, además de por Perú, transcurrirá por Bolivia y por Argentina. Su última etapa tendrá lugar en Córdoba, el 20 de enero.
Como novedad este año, Cristina Gutiérrez contará como copiloto de su Mitsubishi Montero con Gabriel Moiset, que atesora una notable experiencia en el Dakar, rally en el que ya ha participado en ocho ocasiones con otros tantos pilotos.
Gutiérrez contará también con el apoyo del patrocinio de Grupo Antolín, empresa burgalesa del sector del automóvil que, según ha señalado, "ha luchado desde cero para ser uno de los mayores fabricantes de componentes para coches del mundo".
En este contexto, Gutiérrez ha recalcado que el apoyo de la compañía "ha sido clave" en su carrera, ya que creyeron en ella "cuando el Dakar solamente era un sueño lejano".
En esta próxima edición de 2018 regresan las largas etapas de arena al comienzo del Dakar. Hay seis días de pura arena y será un desafío para todos los pilotos, mujeres y hombres, pero la arena no asusta a esta chica de Burgos, menuda, sonriente y que porta una ligera camiseta veraniega el mismo día que comienza el duro invierno vallisoletano.