El mercado español, tan complicado como necesario
Tan complicado como necesario. Víctor Orta arranca, de forma oficial, este sábado el mercado de fichajes de verano con multitud de tareas pendientes, con multitud de nombres como opciones y un objetivo tan difícil como de costumbre: el mercado nacional, una tarea casi imposible.
Sea por conocimiento de la competición, por idioma, por adaptación o, también bastante importante, por reglamentación, formar la plantilla del Sevilla exige cada año un número mínimo de futbolistas nacionales. Cuando competías en zona media (parece) la tarea era más fácil. La cantera no tenía la diferencia de nivel competitivo actual -de Primera a Segunda RFEF hay varios escalones- y apostar por los jóvenes de la ciudad deportiva te permitía contar con futbolistas españoles con suma facilidad. Ahora eso (parece) es más complicado.
El mercado nacional: pocas opciones, muy cotizadas y muy caras
El buen hacer del fútbol español en la última década ha convertido al jugador nacional en uno de los objetivos más perseguidos en Europa (y más allá). Por ello, cada año es más complicado conseguir futbolistas del país, algo que el Sevilla ha ido notando curso a curso.
La pasada temporada llegaron dos españoles: Isco Alarcón, con la carta de libertad y con un resultado nefasto, y Bryan Gil, en enero, como el turrón, volviendo a casa (post) Navidad.
El año anterior el único español contratado fue Rafa Mir y costó 16 millones de euros, buena muestra de lo caro que es contratar a un español, y en la 20/21 se pagaron casi 22 millones por Suso -se pagó la compra ese curso- y 13 kilos por Óscar Rodríguez. Otra buena muestra.
Posiblemente el curso con más inversión nacional fue la 19/20, cuando en la reconstrucción sevillista se pagaron 14 millones por Jordán, 11 por Óliver Torres, la cesión de Suso por poco menos de un millón y el coste de la cesión de Sergio Reguilón. El Sevilla encontró cuatro jugadores nacionales de notable rendimiento... por un precio razonable.
La primera intentona de Víctor Orta
Conociendo el paño, este será uno de los grandes desafíos de Víctor Orta en su primera temporada -como director deportivo- en Sevilla.
El Sevilla cerró el pasado año con cinco españoles, de los que podrían salir dos (Rafa Mir y Óliver Torres), el club ha conseguido cerrar, con la carta de libertad, a Adrián Pedrosa -una buena operación si tuviésemos en cuenta el contexto- y cuenta con varios retornos nacionales tales como Alfonso Pastor, Carmona, Kike Salas, Óscar, Juanlu, Luismi e Iván Romero, aunque es altamente probable que prácticamente todos tengan que buscar suerte lejos de Nervión.
El producto nacional vuelve a ser un producto prácticamente limitado, algo con lo que deberá pelear Orta en su primer desafío en el Sánchez-Pizjuán.
