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Hay pocos coches que se puedan enorgullecer de haberse fabricado durante 47 años de manera ininterrumpida, pero todavía hay menos –que se sepa, sólo uno- que a ese honor pueda añadir otro que consiste en ser también parte de la historia de la música popular de uno de los países en los que se ha fabricado. De eso, tuvieron la culpa los Hombres G y de lo otro (lo verdaderamente importante, que es el casi medio siglo de fabricación continuada) tiene el mérito Ford Motor Company, la misma compañía que ha decidido poner fin este mes de agosto a la historia del Ford Fiesta.
18 millones de unidades
Durante ese medio siglo, en todo el mundo se han fabricado 18 millones de unidades del Ford Fiesta. Los dos últimos se han fabricado este mes de julio en Colonia y se convertirán en sendas piezas de museo. Una se quedará en el Reino Unido y la otra, en Alemania.
Acaba así una historia que empezó en 1976 y que, sólo en tres años, pudo calificarse ya de éxito: en 1979 rodaban por las carreteras un millón de coches Ford Fiesta. Al principio, costaba mil euros al cambio y en esta última etapa, pasaba de los 20.000. Demasiado, sin duda, para un coche como el Fiesta que al principio rondaba los 50 CV. En los 80 se convirtió en un deportivo gracias a un motor de 63 CV que hoy daría risa a muchos, pero que entonces era lo más de lo más. En su última generación se vendía con motores de 155 CV incluso.
Un adiós anunciado
Aunque nació como utilitario, la última generación del Ford Fiesta se transformó en un vehículo difícil de identificar: nominalmente era un utilitario, pero sus cuatro metros de largo y su 1,48 de altura lo convertían en algo más que costaba, también, demasiado para ser lo que era: 21.051 euros para la versión de acceso fue su último precio en el portal de ofertas quecochemecompro.es. El top de gama, con 155 CV, rondaba los 27.000 euros y al coche le quedaba muy poco que hacer frente al Ford Puma o el Ford Ecosport, dos SUV más baratos que conquistaron el favor del público. Por eso, seguramente, desde octubre pasado Stellantis decidió eliminarlo de su cartera de modelos.
Cuesta más de lo que vale
Al Fiesta le pasa como al Volkswagen Polo, que cuesta hoy más de lo que vale y recuerda poco ya a aquel coche juvenil, barato, potente y eficaz que, en color blanco, condujo hasta Ricky Lacoste, el villano de aquella vieja película de 1987 con la que Manolo Summers quiso convertir en comedia juvenil una canción que, cuando nuestros nietos la oigan, nos obligará a explicar qué coche era aquel Ford Fiesta. Seguramente, o condujimos una vez o nos llevó a algún sitio con un amigo al volante y hoy, con 20 o 25 años, no podríamos comprar de ninguna manera. Entre todos lo mataron y, al final, se acabó muriendo.