La redención de Lucas Pérez

Mucho, muchísimo ha llovido desde el 23 de octubre. Ese día el Deportivo perdió contra el Girona en Riazor a pesar del gol que logró Lucas Pérez, el último ante su afición. Este viernes, por fin, una vuelta después de su anterior tanto en LaLiga Santander, el de Monelos ha roto su maldición de cara a puerta y les ha sacado una sonrisa a los presentes, que luego se hizo gigantesca gracias a la victoria y a los dos goles de Adrián.

Lo hizo, además, bastante pronto. Balón en largo de Emre Çolak que Lucas pelea, se lleva y cuando estaba dentro del área buscando el hueco para el disparo, Luis Hernández lo derriba. Mateu Lahoz, el árbitro del enfrentamiento, no duda y pita penalti.
A pesar de haber fallado el que tiró hace unas semanas ante el Espanyol, el coruñés no titubea. Coge el balón, lo pone en su lugar, aguanta la presión que le meten los rivales, da unos pasos hacia atrás, se coloca y tira a puerta. Engaña a Roberto con ese potente disparo de su zurda, balón al fondo de la red y... aprovecha para pedir perdón. 
Porque más allá de la importancia que pudiera llegar a tener en ese momento el gol, Lucas parecía tener claro que no era el momento de celebrar, que era el momento de disculparse. De hacerlo por la mala temporada que están realizando, porque llevaba una vuelta sin marcar (19 de noviembre) y desde octubre sin hacerlo en Riazor, porque no está cumpliendo las expectativas generadas, porque la permanencia en Primera no es nada fácil...
El '7' regresó así al sitio en el que los Riazor Blues se mofaron de él en el anterior partido al recordarle uno de los objetivos con los que volvió al Deportivo el pasado verano, cedido por el Arsenal, al grito de "Lucas, selección". Un gol, un perdón y fin a su mala racha cuatro meses y medio después.