¡Buen camino!
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Atlético Baleares - Málaga: resumen, goles y análisis
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Uno por uno del Málaga CF: las notas del primer triunfo a domicilio en Primera RFEF
Todo se ve con más color y brillo cuando sumas dos victorias consecutivas, sea de la manera que sea. El Málaga ha comenzado esta Primera Federación con buenas sensaciones. Seis puntos de nueve y más confianza en la mochila. La alegría en el debut en casa valió por dos por el camino que se escogió para ello, lo del minuto 93, la emoción, el abrazo a distancia con la afición y tal. Pero este último triunfo ante el Atlético Baleares vale por tres.
Cuando se hace el Camino de Santiago hay un detalle de apariencia irrelevante, pero con mucho trasfondo. Todos los caminantes se saludan con un "¡Buen camino!" al pasar cerca. Es un mensaje de ánimo entre desconocidos. Detrás de esa arenga todos saben que hay heridas, cansancio, tropiezos y también anécdotas, risas y hasta celebración. Forma parte de la experiencia. El Málaga es ahora un caminante con ampollas y autoestima, sudores y dolor en las plantas de los pies, pero con más energía, porque la Plaza del Obradoiro está cada paso un poquito más cerca.
El 1-2 en Palma de Mallorca fue una simple cosa y fueron muchas a la vez. Tres puntos vitales para dormir en zona alta de la clasificación; inyección anímica fuera de casa; prolongar buena dinámica, que no pasaba mucho en estos años de sequía; matanza a un dato demoledor: desde 2018 sin remontar a domicilio; más leña al fuego de ilusión de la afición y, de nuevo, una afirmación de que este equipo tiene la fortaleza para ser golpeado, levantarse y ganar la pelea. Ha ido al psicólogo, se está rehabilitando, cada vez se quiere más y eso llevará a cosas buenas. Va por buen camino.
En Castellón estuvo cerca de llevarse la victoria cuando parecía grogui, ante el Atlético B sufrió el revés del empate, coqueteó con el 2-2 y ganó en el último suspiro y en el Estadio Balear empezó perdiendo temprano, cuando todavía parecía despertarse de la siesta bajo el sol isleño, pero más pronto se rebeló para remontar con Roberto y Dioni sonriendo, buscar la sentencia sin éxito y permitirse un poco de riesgo al final.
Sufrir en el ADN
Por derecho, por decreto, como sea y si es sufrimiento mejor. Parece que esta vía, tan adictiva como perjudicial para la salud del malaguista, es un mantra para Pellicer, que está ya harto de decir que "esta temporada vamos a sufrir". La Primera RFEF no admite relajación ni exceso de confianza. Aunque parece que sufrir no es un verbo, es una característica para este club, que este año sí lo está sabiendo hacer muy bien.
El Málaga tiene tramos de déficit de atención, falta de contundencia y errores de marcaje, toma de decisiones o pérdidas peligrosas. Ha encajado gol en todos los partidos. No es capaz de jugar en la tranquilidad. Cierto. Pero es la jornada tres y tiene que haber este tipo de cosas. Y habiéndolas, el equipo tiene alma, tiene fe, tiene a una columna vertebral fiable con Herrero, Nelson Monte, Dani Lorenzo, Larrubia o Roberto y otros varios que van uniéndose al pelotón del buen rendimiento como Víctor García, Sangalli o el goleador Dioni.
Gustarán más las formas o menos, pero este carácter ganador es el único plan insustituible que debe seguir Pellicer, sin importar si tiene forma de 4-4-2, 4-3-3, gol de Roberto o parada de Alfonso. El Málaga, de momento, ha cumplido con el mínimo exigible, ha competido siempre y parece estar adaptándose como debe a este tipo de fútbol tan genuinamente complejo, rudo y resbaladizo.