¿Se la juega Diego Alonso?

El Sevilla FC dio el bombazo en el parón de septiembre anunciando la contratación de Sergio Ramos una vez había acabado el mercado de fichajes. En el de octubre, el club decidió destituir a José Luis Mendilibar, fichando dos días después a un ‘desconocido’ Diego Alonso, apuesta de Víctor Orta que provocó dudas y recelos en buena parte del sevillismo desde el momento en que su nombre salió a la palestra. De momento, no las ha disipado el de Montevideo, el parón de noviembre está a punto de producirse, y habrá que ver si va a ser igual de movido que los anteriores.

El entrenador uruguayo llegó hace 27 días. Su fichaje se hizo oficial el 10 de octubre y tuvo algo más de una semana para conocer a sus jugadores, aunque los internacionales llegaron algo más tarde. De hecho, ocho de los nueve que se marcharon con sus selecciones fueron titulares en el partido ante el Real Madrid de ese sábado.

Ahora, Diego Alonso acumula ya cinco partidos en el Sevilla, tres en LALIGA EA Sports saldados con tres empates, una derrota en la Champions League y una victoria en la Copa del Rey. Quitando el ‘bolo’ ante el CD Quintanar, de la Regional manchega. No ha sido capaz de conseguir una victoria ante un equipo de nivel y las sensaciones, especialmente tras el horrible partido de Vigo, son bastante malas.

El Sevilla ha vuelto a jugar la pelota desde atrás con muchos riesgos, entra frío a los partidos, y sus alineaciones, con jugadores fuera de sitio o de forma, están siendo muy discutidas. A la vez que la dirección de partido y la gestión de las sustituciones.

Ahora, al equipo nervionense le quedan dos partidos muy complicados antes del último parón antes de Navidad, que pueden marcar el futuro inmediato de Diego Alonso en su primera aventura en un club europeo. El miércoles se mide en Londres al Arsenal, un escenario que puede marcar el futuro europeo del equipo, y el domingo, la traca final. Visita el Sánchez-Pizjuán el Real Betis Balompié en un partido clave. El Sevilla suele motivarse en las citas de altura, dando un nivel que no da en días más ‘rutinarios’. De no ser así, el banquillo volverá a estar caliente.