Ibai Llanos se mete a clases de taekwondo en Corea del Sur: "Lo han matado"
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El streamer ha viajado a Seúl con motivo de los Worlds de League of Legends
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Ha aprovechado para ir a clases de taekwondo
Ibai Llanos lleva unos días en Seúl, capital de Korea del Sur y está regalando muchos vídeos a sus seguidores. La experiencia internacional está protagonizada por la cobertura del Campeonato Mundial del videojuego League of Legends, pero el streamer ha sacado contenido de todo tipo para su canal de YouTube.
“Hoy hemos querido hacer algo diferente. Hemos venido al Kans Global Taekwondo”, anunciaba Ibai, que acudía junto a tres amigos – Ander, Adrianceitor y Kuentin – a clases del arte marcial con un auténtico experto, el Maestro Kang.
“Nos hemos apuntado a una clase de taekwondo. Lo vamos a intentar y vamos a hacerlo de la manera más respetuosa y profesional posible”, comentaba el bilbaíno.
Ibai Llanos, agotado junto a sus amigos en la clase de taekwondo
La clase a la que acudieron los cuatro creadores de contenido se dividió en tres partes: estiramientos, movimientos básicos y, “para acabar la clase, romperemos”, adelantaba el profesor.
El presidente de Porcinos, equipo de la Kings League, seguía las instrucciones del maestro Kang, que los animaba a gritar a la vez que imitaban sus movimientos: “Tenéis que gritar. Es una manera de expresar seguridad y poder interior”.
A medida que avanzaba la lección se veía a los participantes más cansados y en las pausas entre un ejercicio y otro, las cámaras se acercaban a ellos para conocer cómo se encontraban. “No tiene sentido. No puedo hablar”, expresaban los protagonistas.
Kuentin fue el primero en apartarse de la clase. Totalmente exhausto, el streamer de Koi se sentó apoyado en un cristal para continuar con la clase desde la distancia. “Primer caído en combate. Lo han matado”, describía Ibai para los espectadores.
Para finalizar la clase, partieron con una patada aprendida durante el vídeo una madera que previamente habían firmado. “Hemos terminado la clase. Reventada absoluta”, decía Ibai. “Estoy muerto, pero muy satisfactorio”, declaraba Kuentin para cerrar.