Victoria a la vasca para soñar con Europa
El Valencia CF ganó contra el Athletic en Mestalla gracias al solitario gol de Hugo Duro que hizo justicia en Mestalla y que permite a la joven Quinta del Pipo sumar otra muesca en su aprendizaje. 14 partidos después un joven e irreductible equipo paraba la racha del Athletic y lo hizo con intensidad, sin perder nunca la cara al partido, sobreponiéndose a lesiones como la de Sergi Canós y al cansancio acumulado que, con una plantilla corta, agrava aún más la situación. Pero el Valencia CF hizo suya la fama que tienen los hombres y mujeres vascas de gente entera, que no se arredra ante las dificultades y que, cuando peor dadas vienen, más aprieta los dientes.
Como se preveía fue un Valencia CF-Athletic disputado, jugado de poder a poder y apasionante para el espectador no por las ocasiones, pero sí por la intensidad. De inicio Baraja apostó por un once titular sin sorpresas más allá de la presencia de Foulquier, quizá uno de los mejores de los 22 sobre el césped. El galo se comió a Nico Williams y le dio un empuje a la zaga que mantuvo al equipo a un nivel excelso en defensa durante todo el cuentro.
El Valencia CF gana a la vasca: canteranos, centros laterales e intensidad
Fue un partido jugado a la vasca por aquello de que el once del Valencia estaba plagado de canteranos salidos de Paterna (como el del Athletic con hombres formados en Lezama). Pero también por la intensidad que pusieron los pupilos de Baraja cada vez que este fue cerrándose más y más en pos de una victoria que facilitó el gol de Hugo Duro.
Y es que, hasta el gol del Valencia CF fue clásico como tantos y tantos los que ha hecho el Athletic en su inmaculada historia: centro medido de Gayà apurando la línea de fondo para que Hugo Duro saltando por encima de su marcador anotara de cabeza el 1-0 marcando los tres tiempos.
Y Baraja lo cierra, a la antigua
Con el 1-0, Baraja cerró el partido a la antigua. El Valencia CF acabó con doble lateral en las dos bandas, doble pivote y Javi Guerra, un centrocampista con llegada como segunda punta. Y delante había un guerrero con alma de defensor del escudo que se llama Hugo y es duro, pero duro duro. Casi como el acero vasco.