Análisis de Bandle Tale: A League of Legends Story, un juego cuqui como un yordle
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Un título protagonizado por los adorables yordles de LoL
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Personaliza a tu yordle y trabaja para salvar a Bandle City
Es una verdadera pena que Riot Games haya dado por muerta la iniciativa Riot Forge, ese sello que pretendía dar cabida a desarrollos de estudios de terceros (generalmente independientes) que podían expandir el rico universo de League of Legends más allá del famoso MOBA, explorando todo tipo de géneros y propuestas. Riot Forge había visto ya el lanzamiento de un total de cinco juegos (Ruined King, Hextech Mayhem, Convergence, Song of Nunu y The Mageseeker) y se anunció el cierre del sello antes incluso del lanzar una sexta propuesta, este Bandle Tale: A League of Legends Story. Desde luego, no es la mejor campaña de marketing para un lanzamiento.
Y volvemos a insistir en que es una verdadera pena que Riot haya tomado esta decisión, ya que la mayoría de los títulos son fabulosos videojuegos independientes, alejados de las propuestas Triple A, pero cada uno de ellos con mucho que aportar en cuanto a propuestas jugables, diseño artístico y expansión y detalle del lore de LoL. Y todo esto podemos repetirlo con este último juego, Bandle Tale: A League of Legends Story, una pequeña aventura ‘crafting RPG’ creada por un estudio que sabe algo de este género, LazyBear Games (autores del genial Graveyard Keeper).
Bandle Tale es un juego pausado, tranquilo, bonito de ver y disfrutar con calma y dedicación, con todos los ingredientes para enamorar a los fans de este tipo de juegos, tipo Stardew Valley, pero que en este caso se centra en la historia de su protagonista y sus convecinos: los Yordles. Una fantástica manera de conocer en profundidad Bandle City, la desconocida ciudad de estas simpáticas criaturas, y muchos de los misterios que envuelven a estos adorables y peludos personajes mágicos de LoL, que solo conocemos por algunos de los campeones del juego. Además, como siempre en los títulos de Riot Forge, no hace falta ser experto o conocido de la historia de League of Legends para disfrutar de este juego que, por si mismo, cuenta una interesante historia.
Tirando del hilo de Bandle City
Como muchas otras facciones, razas o ‘nacionalidades’ de Runeterra, los Yordles mantienen en secreto muchos detalles de su forma de vida, sus costumbres o los detalles sobre cómo viven en Bandle City, su ciudad natal. Eso es porque, aunque el lore de League of Legends se ha venido explicando y ampliando a medida que se lanzaban nuevos campeones de las distintas tierras de Runeterra, la propia naturaleza del MOBA no da para muchas explicaciones. Con este simpático juego de crafteo y farmeo conoceremos mucho más sobre Bandle City, la ciudad de islas flotantes de los yordles, y sobre estos simpáticos personajes.
El juego te permite crear a tu propio yordle y personalizarlo bastante con un completo editor. Tu elijes su aspecto, el color del pelo, su peinado, la forma de sus orejas, la ropa que lleva y también su nombre. Yo fui un poco inútil y comencé la aventura sin ser capaz de cambiarlo y mi yordle se quedó con el nombre de ‘Jugador’. Pero después de oír como se dirigen a él durante más de 20 horas de juego, ya puedo decir que ‘Jugador’ es mi yordle favorito de Runeterra. Y si, durante la aventura nos cruzaremos con algunos de los campeones de LoL, como Corki, Teemo, Tristana o Veigar, que participarán en la historia como un guiño a los fans de LoL. Pero si nos los conoces, tampoco sabrás que son campeones disponibles en el MOBA, porque el juego tampoco te avisa de su especial relevancia. Son personajes secundarios, sin más.
El juego nos muestra como un joven tejedor, que lleva más de 100 años aprendiendo el oficio de su anciano maestro, el abuelo, con quien vive en una apartada isla en Bundle City. Pero nuestro personaje quiere hacer algo más que coser y por eso se escabulle a una fiesta a la isla vecina, donde todo son risas hasta que ‘se lía parda’. Un fallo en los hilos mágicos que conectan las islas de Ciudad Bandle mediante portales hace que la red colapse y ña ciudad se suma en el caos. Sólo nosotros podremos restablecer el orden y reconciliar a sus habitantes.
La sencilla vida de un yordle
Y para salvar el día nuestro yordle tendrá que tirar de sus mejores habilidades manuales, más allá de su pericia tejiendo: arreglar cosas, pescar, cultivar, recolectar toda clase de recursos, cocinar, aprender recetas y, sobretodo, preparar las mejores fiestas de Ciudad Bandle. Todo para hacer felices a sus vecinos y recibir su aprobación y su gratitud. Y como los yordle tiene la habilidad de convertir la ilusión en magia, pues la ‘moneda’ del juego viene a ser esa. Tu realizas tareas para contentar a los yordles, estos te recompensan con esta ilusión, que te permite desbloquear insignias, que permiten desbloquear nuevas habilidades, que permiten acceder a nuevas tareas que te facilitarán objetos y recursos, que permitirán que ayudes a otros yordles, que te recompensarán con esta moneda, y el bucle volverá a empezar.
Estamos ante un juego de crashear y farmear pero no es un juego completamente abierto y que te deja a tu libre albedrío, como Stardew Valley, sino que está más dirigido. Siempre tienes una tarea activa, o muchas, para realizar, siempre tienes un yordle con el que hablar o una tarea que cumplir. El juego es pausado y te permite disfrutar del viaje, de las pequeñas tareas (pescar, cocinar, aprender un nuevo oficio, atender a los yordles hambrientos sirviendo sus platos, organizando los mejores festivales con la mejor música y aperitivos…) pero siempre con un objetivo. Así, la tarea/recompensa siempre es satisfactoria y siempre nos acerca un paso más al objetivo final: conseguir el hilo mágico y restaurar los portales que salven Ciudad Bandle.
En general, he disfrutado de este simpático y adorable título que ofrece entre 25 y 30 horas de juego. Es cierto que todo queda un poco dirigido, pero esto puede no ser una pega para aquellos que no estén tan acostumbrados a juegos de este género más abiertos y libres. Aunque no todo es perfecto: al principio el juego es un tanto confuso y las tareas no se explican demasiado. El sistema de insignias y el profundo árbol de habilidades no es nada intuitivo y para avanzar habrá que dar algunas vueltas. Otro problema es el inventario, que resulta tan pequeño que nos dará muchos dolores de cabeza (podemos guardar elementos extra en un cofre en nuestra casa/mochila pero al final tendremos que echar mano del correo para almacenar un buen número de elementos, una tarea de lo más tediosa).
A nivel artístico, os encatna la colorida y adorable paleta de pixeles y el diseño de las islas, los diferentes biomas y personajes. Eso sí, hay mucho que leer en los menús y pequeños carteles para las conversaciones por lo que jugarlo en la pequeña pantalla de Nintendo Switch tiene sus pegas.
Las conclusiones de Bandle City
- Lo mejor
- Entretenida y pausada jugabilidad de más de 25 horas.
- El apartado artístico es una auténtica chulada.
- Muchos guiños a los jugadores de LoL.
- Lo peor
- No hay mucha libertad ya que siempre hay tareas que cumplir para que avance la historia.
- El inventario es un auténtico martirio.
Nota: 70/100