Hacer guantes con el Real Madrid para noquear al Mallorca
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Convendría centrarse en la Final de La Cartuja de este sábado. Lo intento y no puedo. Porque si lo hiciera, poner mis cinco sentidos en el choque que nos medirá a la aguerrida cuadrilla del 'Vasco' Aguirre, le estaría haciendo un flaco favor a este Athletic Club que quiere aferrarse a la Copa 40 años después. Y si no me centro, si no me asiste el sentido común que me alertaría de lo peligroso que resulta mirar atrás cuando se huye de una escabechina similar a la de Sodoma, es porque en el 'Foro' de la debacle el Athletic de Ernesto Valverde pecó con alevosía.
Cierto es que el azar jugó en contra de los leones, al obligarles a medirse al líder de la competición una semana antes de jugarse la vida ante el RCD Mallorca. Maneras y maneras había, sin embargo. Para la victoria improbable, el empate raro y la derrota de costumbre.
Quiso la lógica que el Athletic saliera perdedor. Opción que no mueve al escándalo. Sí, en cambio, las alforjas y su uso por parte de Ernesto Valverde y sus jugadores.
En una hipérbole desmedida, el 'forofo' más prudente pedía que al Bernabéu viajaran los juveniles en edad de merecer por aquello de la normativa. Curarse en salud. Que el 'hispano' Carvajal no se pudiera cobrar otra pieza como la de Yuri Berchiche, que va el pobre hombre de campo en campo exhibiendo las miserias de su peroné fracturado. Lisiado. Herido de guerra. Todo por la patria, verdad, 'soldado Dani'.
Txingurri, sin embargo, el míster que nos ha colocado con holgura en puestos europeos, ideó un once que pudiera dejarse caer por la calle de la alegría. Todo "vestido de blanco, como un domingo pascual", que dirían los geniales Tip y Coll, el Athletic se encontró con la pelota que Ancelotti le había regalado de salida. "Ahí la tienes, utilízala".
Y mientras el Real Madrid esperaba, el Athletic no sabía. Pueril. Impotente. Hasta que, en una de éstas, la zaga, en vez de encimar, reculó en exceso provocando que Julen Agirrezabala, peligrosamente adelantado, se tragara un disparo centrado de un tal Rodrygo Goes.
Por delante en el marcador, la buena suerte del Real Madrid estaba echada. Ancelotti exigió a los suyos que privaran al Athletic del balón...
Con él en los pies, combinando con una facilidad insultante, consiguieron reducir al Athletic hasta convertirlo en un muñeco roto. Tras el segundo, como de recibo, un equipo irreconocible vagaba por el campo intentando atrapar siquiera la reluciente sombra europea con la que había llegado al flamante estadio del megalómano Florentino Pérez.
Convendría centrarse en la Final de La Cartuja. Intentando que centrado llegara, y convenientemente rodado, Valverde había decidido que Agirrezabala fuera de la partida. Qué mejor escenario que el Santiago Bernabéu, qué equipo más a la medida del RCD Mallorca que el Real Madrid para ir haciendo guantes de cara al combate definitivo.
Esa obsesión de ir hasta el final con todas las consecuencias. Ahora sí. Ahora que ya conviene porque no queda otra piedra en la que tropezar entre semana, ojalá que cuando nos llegue la hora de la verdad nos pille ésta convenientemente preparados.
AÚPA ATHLETIC!!!!
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista