A dónde va el fútbol, a qué paraje inhóspito lo llevan... Maldigo este VAR
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San Mamés acabó indignado con Cuadra y el VAR
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El Atlético se escapa en la tabla clasificatoria
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El cabreo de Yuri y de Oihan Sancet por un penalti dudoso que cuesta dos puntos al Athletic: "Todos los años nos dicen lo mismo"
Infinidad de niñas y niños presentes en la celebración de una Copa que remontaba la Ría protegida en ese 'Arca de la Alianza' en que se ha convertido la Gabarra para el Universo Athleticzale. Niñ@s que son presente y futuro, fieles, parroquianos de una Religión que asiste al rito sagrado en el Templo de San Mamés. Much@s de ell@s, presentes en la 'misa de salida', un Athletic Club vs Villarreal en cuya previa Dani le pasaba el relevo a Iker Muniain ante la sonrisa radiante de Marcelino García Toral, activo de unos leones con los que estuvo a las puertas de la gloria.
Me acunaron con cuentos en la infancia. Y cuando ya era capaz de entender, me inducían al sueño contándome historias del Athletic a fin de sentirme uno más entre todos los leones. San Mamés y su gente. A raíz de mi bautizo en la Catedral a los ocho años, supe de pañuelos flameando el Coliseo. De lluvia de almohadillas al mimado verde. De estruendosas pitadas.
Y de una alegría inmensa cuando el fútbol vistoso desencadenaba la fiesta. Valiente público. Y elegante a la hora de despedir a un rival superior con una ovación considerada. Con tanto como esto, la afición se había convertido en la más entendida y sabia de toda la península, Portugal incluida, por supuesto. "Catedral", como no podía ser de otra manera.
Cuando Cuadra Fernández se retiraba del campo camino de los vestuarios, San Mamés le despidió con el sonido atronador del pataleo, los pitos y el abucheo. Ha llovido tanto que ya no me acuerdo de un reproche semejante. Siempre hay un primer momento para todo. Cuadra llegaba con malos números y pésima fama. San Mamés no se equivocaba. Rebosa sabiduría el aire que se respira en un recinto centenario. No era gratuito el enfado; tampoco la rabia.
En un domingo de fútbol y rosas, de sonrisas en las caras de l@s niñ@s, el CTA no midió bien cuando designó a Cuadra Fernández para un partido tan emotivo y con tanto en juego. Parafraseando a Bertol Brech: "pero hay árbitros muy malos: ¡esos son los desechables! No era de recibo. Y eso que Urizar Azpitarte, en Onda Vasca, ya nos había avisado con un "uuuummmm" al ser preguntado por el trencilla. Sabe de árbitros Urizar Azpitarte, y de fútbol también. Se disiparon las dudas...
Al andar, al correr, al gesticular. Al pitar y al no pitar. "Es muy malo", comentaba mi compañero de localidad. "Más que la carne del pescuezo", pensaba yo. Carente de personalidad. Ignorante de la vergüenza. Adonde va, lleva con él el escándalo. Miles de niñ@s entre los 50.061 fieles que acudieron a la misa. Comulgados ya. En la Catedral todo era Cuadra, con la colaboración necesaria de Hernández Maeso y Del Cerro Grande. Inconsciente del ridículo de su desatino. Ajeno a la presencia de tantos niñ@s, comportamiento deplorable.
Turbando, obstaculizando su fe en el fútbol, deporte y juego del que se alimentan. Un Cerro en el VAR y una "Cuadra" en el césped. Qué impotencia la mía: "el que escandalice a estos niños, así que tan solo uno fuera, más le valdría que se colgase al cuello una piedra de molino, de las que mueve un asno, y se arrojara al mar hasta su hundimiento definitivo".
Que no le ayude nadie; que sea él mismo. Luego de ver el penalti señalado a Beñat Prados, la expulsión de Comesaña, la inhibición en los derribos interiores a Nico y Sancet, el escandaloso penalti señalado a Yuri cuando la victoria se mascaba. Pero por encima de todo, él, su manera de moverse por el campo, como si fuera una marioneta manejada por el que en las 'alturas hilvana'.
Adónde va el fútbol. A qué paraje inhóspito lo están llevando. Maldigo este VAR porque se ha convertido en un 'arma de destrucción masiva' [del fútbol]. Deshágase por el bien de este deporte maravilloso. Escuchen a los verdaderos protagonistas. Cuando Marcelino y Valverde coinciden sin haberlo acordado. Cuánto tiempo más, cuánto. Discurría el partido por su cauce correcto. San Mamés, Catedral, Cuadra. Ander Herrera y Marcelino García Toral.
Sabio el primero, así en el campo [pase de lujo a Guruzeta para que Sancet goleara] como a la hora de utilizar la palabra para la respuesta, el discurso, el alegato. Sabio, también, el 'orador de Careñes': "Cuando el agua corre... déjala correr". Muros en los cauces de los ríos. Puertas al campo. Que alguien haga algo, por favor.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista
¿Cómo puede arbitrar este partido un individuo que ha nacido en Madrid, con un Atlético que se está ligando la champions con el Athletic ? Hay muchos Rubiales todavía dentro.