Un enigma llamado rombo
El tropiezo del Málaga ante el Sporting (1-1) permite al Deportivo afrontar su partido contra el Real Oviedo en el Carlos Tartiere siendo consciente de que avanzará al menos una posición en la tabla si consigue sumar los tres puntos antes el cuadro carbayón. Tras sufrir un importante atasco en Riazor, Natxo González estudia regresar al rombo contra los hombres dirigidos por Anquela, aunque los últimos resultados fuera de casa invitan a mantener el 4-3-3 en una cita fundamental para recuperar sensaciones y puntos.
Con este último sistema (4-3-3), el Dépor superó por 1-2 al Sporting de Gijón en El Molinón, derrotó por 0-1 al Granada en el Nuevo Los Cármenes y empato sin goles ante el Málaga en La Rosaleda. Y no solo eso, el equipo demostró sentirse más cómodo con esta disposición sobre el césped al ocupar mejor los espacios. Con la presencia de los extremos por delante de los laterales blanquiazules, el conjunto coruñés evitó que el rival progresase por los dos perfiles sin que ningún jugador herculino saliese al paso del contrario hasta que este pisaba las inmediaciones del área grande defendida por Dani Giménez.
Con balón, el Dépor del 4-3-3 apostaba por realizar ataques rápidos a través de Fede Cartabia, Borja Valle o Quique González, sin madurar demasiado su fútbol. Si bien el rombo invita a mandar con la pelota, lo cierto es que el Deportivo, con este esquema de juego, nunca terminó de imponerse con claridad cuando jugó fuera de casa, donde mostró síntomas de debilidad aunque acumulase porcentajes elevados de posesión del esférico.
En los dos últimos encuentros jugados en Riazor, Natxo González dejó atrás el 4-4-2 en rombo y el 4-3-3 para organizar a su equipo en un 4-2-3-1 muy marcado: dos pivotes, Vicente y Didier Moreno ante el Almería, y un mediapunta por delante de ambos, Pedro Sánchez.
Sin nada excesivamente claro a tenor de lo visto sobre el césped de Abegondo y Riazor en los últimos entrenamientos, más allá de la prueba inicial que realizó el míster a principios de la semana en la que estructuró al equipo en un 4-4-2 en rombo, Oviedo puede ser el lugar donde el Dépor regrese a su origen.