Sergi Enrich suaviza un sufrimiento que se prolonga una semana más
El Real Zaragoza recibía al Racing de Ferrol en el primero de los dos últimos encuentros ligueros en La Romareda. Como cada semana, el triunfo se presentaba vital para ambos conjuntos. Para el conjunto blanquillo, sellar la permanencia de manera matemática, mientras que para los ferrolanos era trascendental de cara al último esfuerzo en la lucha por el play-off.
El encuentro se puso muy de cara para el Real Zaragoza en los primeros compases del mismo. Cuando el cronómetro indicaba el minuto 3, Adrián Liso remató en boca de gol una prolongación de Iván Azón e hizo vibrar a una Romareda que soportaba la lluvia como buenamente podía. A partir del tanto local, el monólogo zaragocista se dejó ver durante varios minutos. El conjunto que dirige Víctor Fernández gozó de ocasiones de todo tipo y se instaló de manera cómoda en el terreno de juego.
El Racing de Ferrol, por su parte, trató de deshacerse del dominio de los blanquillos y logró desperezarse, llegando así los primeros acercamientos con cierto peligro. Poco a poco, el control del encuentro fue pasando a manos del Racing de Ferrol, que desarrolló su juego con tranquilidad mientras el Real Zaragoza aguardaba en su campo de forma paciente y organizada.
El cuadro gallego continuó amenazando la portería defendida por Cristian Álvarez por medio de saques de esquina e internadas por la zona central del terreno de juego. No obstante, el meta rosarino no tuvo que intervenir en demasiadas ocasiones, pues los disparos de los futbolistas del Racing de Ferrol se marchaban lejos de los tres palos. La presión del cuadro ferrolano se dejó notar y dificultó la salida de balón de los aragoneses, que no conseguían circular con fluidez. Con el Real Zaragoza algo más volcado que durante buena parte de la primera mitad, el colegiado señalaba el regreso a vestuarios.
El inicio del segundo tiempo siguió el mismo guion que el primero, pero esta vez los damnificados fueron los zaragocistas. Y es que el exzaragocista Álvaro Giménez mandó al fondo de las mallas una vaselina que supuso la igualdad en el luminoso. Poco más tarde, Liso, en un ejercicio de valentía y desborde, le tiró un caño a Cubero y disparó sin pensarlo dos veces. Sin embargo, un defensor desvió el balón y este se terminó marchando muy cerca del palo.
Tras la acción del canterano zaragocista, el encuentro se convirtió en un correcalles, aspecto que aprovechó el Racing de Ferrol por medio -otra vez- de Álvaro Giménez para adelantarse en el marcador tras un contraataque preciso. Con el partido en su terreno, el cuadro ferrolano dominó a un Real Zaragoza cuyas tímidas llegadas no terminaban de concretarse. Vaquero estrelló el balón en el travesaño y Liso, posteriormente, tuvo el empate en sus botas.
El Real Zaragoza intentó tirar de corazón, pero nada de lo propuesto en el campo funcionaba. Liso disparó por enésima vez, pero se volvió a topar con el arquero y con la defensa del Racing de Ferrol. Maikel Mesa también lo intentó, pero su disparo se marchó por encima del larguero. Cantero se erigió como el héroe de la noche, desbaratando toda acción con peligro zaragocista. No fue hasta el minuto 92 cuando el Real Zaragoza consiguió romper el cerrojo ferrolano. Sergi Enrich, con un remate de cabeza impecable, puso la igualada en el marcador y evitó un desastre mayor.