La afición del Málaga invade el aeropuerto en una brutal despedida a la plantilla
-
Locura en la terminal malagueña para insuflar ánimos a los jugadores en su viaje a Tarragona para la final por el ascenso
-
El Nàstic - Málaga, declarado de alto riesgo: recomendaciones para los aficionados
-
Voces del malaguismo joven: "Cuando vi a tanta gente animando dije: a tomar por culo Madrid y Barça"
Las imágenes hablan por sí solas. Alrededor de un millar de aficionados del Málaga se congregaron en el aeropuerto de la Costa del Sol para despedir a los jugadores y el cuerpo técnico, que partían este viernes en vuelo chárter hacia Tarragona, donde esperan certificar el ascenso este sábado (20.30 horas) en el feudo del Gimnàstic.
La locura se instauró en la terminal malagueña, a la que empezaron a llegar decenas de personas con camisetas, bufandas, banderas y pancartas hasta abarrotar una de las entradas principales. A las 16.00 horas se habían citado por redes sociales los aficionados, aunque hasta las cinco menos diez no llegó el autobús del Málaga CF con los protagonistas, que se bajaron a caminar entre la marabunta de gente. Muchos les abrazaban como locos mientras el ruido de los cánticos monopolizaba todo el aeródromo.
A Sergio Pellicer casi lo llevan en volandas. A Roberto lo recibieron como el Mesías de este equipo y al grito de “¡Roberto, quédate!” y “¡Roberto selección!”. Alfonso Herrero fue también uno de los más aclamados, aunque los cánticos eran para el grupo al completo, que se quedaba atónito mirando como cantaban el himno a capela, la canción de la 'Gitana loca' y otros tantos éxitos del repertorio. Una gran pancarta les decía: "Nunca jugáis solos, este partido lo jugamos todos juntos".
Se vio una estampa espectacular y un ejemplo de comunión entre afición y jugadores que hace mucho tiempo que no se veía. Había mucha juventud ilusionada, también bastantes menores, tanto chicas como chicos, que no habían nacido cuando este club jugó en cuartos de final de Champions. Los veteranos tampoco faltaron. La edad no importaba. Nunca lo hizo.
Volvió a ser palpable que el malaguismo es una masa social inmensa y heterogénea que se ha reforzado mucho más esta temporada, pese a que mucha gente pudiera pensar lo contrario al descender el año pasado. Hay un sentimiento de pertenencia que supera a etapas anteriores, para muchos incluso con bastante diferencia.
Se ha demostrado con creces tanto en los multitudinarios desplazamientos al exterior como en los partidos en La Rosaleda, donde se han registrado los mejores ambientes de los últimos siete años. Hubo 29.103 espectadores en las gradas hace unos días para la ida del Málaga-Nàstic, números que se alcanzaron por última vez en Primera División y contra rivales como Real Madrid, Barça, Sevilla o alguna de las inolvidables noches de Liga de Campeones.
El equipo está a un partido de abandonar el fútbol semiprofesional y volver al que le corresponde, como mínimo, la Segunda División. Pero puede estar tranquilo porque, pase lo que pase este sábado, el caldo de cultivo está servido. Los turistas y los lugareños lo presenciaron en el aeropuerto, muchos de ellos extrañados. Grababan la escena con sus móviles, preguntaban qué pasaba y por qué ese jaleo, por qué tanta gente sin maletas y con bufandas. Como dice la canción/himno malaguista de El Kanka, es una cosa inexplicable.
“¡Roberto, quédate!”
“¡Roberto selección!”
El delantero malaguista ha sido recibido como un Mesías por su afición.
🔗 Más información en https://t.co/9XVaNjk7RH pic.twitter.com/S1wrmNEqjg
— ElDesmarque Málaga CF (@eldesmarque_mcf) June 21, 2024
“¡Roberto, quédate; Roberto selección!”: el pichichi malaguista, recibido como un semidiós
Varios malaguistas, con entradas, nos hemos quedado tirado en el aeropuerto de Málaga esta mañana. El vuelo de las 7AM directo a Barcelona se ha cancelado. No nos han dado plaza en otro vuelo que llegue a tiempo