Acromegalia: la enfermedad crónica que explica la altura del paraolímpico Morteza Mehrzadselakjani
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Es el atleta más alto de los Juegos Paralímpicos de París
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En los niños este trastorno se conoce como gigantismo
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Se llama Morteza Mehrzadselakjani, mide 2,46 metros, juega con la selección iraní en el equipo de voleibol sentado y es el atleta más alto de los Juegos Paralímpicos de París 2024 -y la segunda persona más alta del mundo por detrás del turco Sultan Kösen con 2'51m-. Esta altura, que tantos dolores de cabeza lleva dando a sus contrincantes durante años, está dando mucho de qué hablar durante estos juegos porque ha tenido problemas para encontrar una cama en la villa olímpica acorde con sus medidas.
Estas características dimensiones son consecuencia de una enfermedad crónica llamada acromegalia que le detectaron con 16 años. Casualmente ese mismo año tuvo una caída en bicicleta que le ocasionó una importante lesión y, pese a varias operaciones, su pierna derecha dejó de crecer, motivo por el cual esta es 15 centímetros más corta que la izquierda. Esta diferencia le obliga a ir en silla de ruedas.
¿Qué es la acromegalia?
La enfermedad que padece el atleta más alto de los Juegos Paralímpicos de París 2024 se conoce como acromegalia y se trata de una "sobreproducción de hormona del crecimiento que provoca que se crezca demasiado", define el Manual MSD; cuya función es la de estimular el crecimiento de los huesos, los músculos y muchos órganos. Mientras que en los niños este trastorno se conoce como gigantismo, en los adultos se denomina acromegalia.
Es una afección poco frecuente de evolución lenta cuya detección suele ser más evidente en niños, debido a que llega un punto en el que las alteraciones de un crecimiento exagerado se hacen bastante evidentes, que en adultos porque en este caso las alteraciones se producen más lentamente.
Signos y síntomas de alerta
Hay una serie de signos y síntomas que alertan de que algo no funciona como debería, los cuales a vistas de un médico pueden presuponer una posible acromegalia. ¿Cuáles son estos signos de alarma?
El crecimiento de las facciones de la cara hace que la nariz, los labios, la mandíbula, la lengua, el arco de las cejas y la separación de los dientes se vuelvan más toscos; motivo por el cual los anillos, guantes, sombreros... se quedan pequeños. "El cartílago de la laringe se engrosa y, en consecuencia, la voz es más profunda y ronca. Las costillas también se engrosan y dan al tórax una apariencia de barril", añade el manual.
Hormigueo en las palmas de las manos por compresión de los nervios, piel más gruesa, grasa y con mayor sudoración, dolor articular, hipertensión, diabetes, pólipos en el colon, fallo cardiaco, etc. son otros de los síntomas más habituales de esta enfermedad, según el Hospital Universitario Gregorio Marañón.