Seedorf y su desafío en el Dépor
El paso de Clarence Seedorf por el Deportivo de La Coruña no fue todo lo productivo que ambas partes habrían deseado. El técnico holandés se hizo cargo del banquillo herculino tras la destitución de Cristóbal Parralo mediada la temporada 17/18, pero apenas logró dos triunfos en 16 partidos, y no pudo evitar el descenso del Dépor a LaLiga SmartBank. Pese a todo, Seedorf no se arrepiente de su paso por Riazor.
"Para mí fue una gran experiencia contribuir a sacar al Milan y al equipo de la situación en la que se encontraban y dejar algo positivo al final. Esperaba hacer lo mismo cuando me uní al Dépor. Sin embargo, fue un desafío más difícil que el de Milán. El equipo estaba en el puesto 18 en LaLiga y sin una victoria en siete partidos, carente por completo de confianza. Física, mental, moralmente... el ambiente estaba deprimido", explicaba Seedorf en una entrevista a The Coaches Voice.
E inistía: "Lo que ves en el campo refleja cómo los jugadores se sienten fuera de él. En la primera semana, me dediqué a observar y obtener información principalmente. Una vez hecho eso, comencé a tomar decisiones. Lo primero que abordamos fue la organización de todo: cuándo y cómo hacer el análisis de vidídeo, cuándo tener conversaciones individuales con los jugadores o cuándo sesiones grupales".
Por todo ello, Seedorf decidió centrarse en cambiar de forma drástica todo lo que se venía haciendo hasta entonces en el Dépor: "Tienes que crear un efecto de choque, de lo contrario continúas con la misma rutina. No rompes la espiral negativa. El mayor trabajo para mí fue que siguieran creyendo. Incluso si perdiéramos, me concentraría en las cosas buenas que habían hecho".
"Comenzamos a entrenar dos veces al día. No porque quisiéramos matar a los jugadores, no se trataba de estar en forma, sino del compromiso y el enfoque que requiere el entrenamiento, y de pasar mucho tiempo con ellos para poder entender quién podría hacer qué. Luego se trataba de reunir a los líderes del grupo y aclarar las cosas que quería de ellos. Es fundamental que tenga un grupo de líderes que apoyen la filosofía y apoyen al entrenador. Esa es la mitad del trabajo hecho para llevar al equipo a dónde quieres".
"Lo hicimos bastante rápido. Estaba claro que la voluntad de trabajar estaba ahí. De hecho, fue fantástico. Sin embargo, la confianza no se construye en un día. El primer partido fue desafortunado. Perdimos 1-0 ante el Real Betis, pero el equipo jugó con una intensidad increíble. Lo mismo sucedió en el segundo partido, otra derrota por 1-0 contra el Alavés. Ahí es cuando entras en una fase de dudas, cuando los resultados aún no llegan".
"Diría que el resultado es una consecuencia de lo que haces: los procesos que aplicas. Me concentré antes de los partidos en la comunicación con ellos, estaba centrado en eso: 'Esta es la capacidad de mejora. Este es el proceso por el que estamos pasando. Es solo cuestión de tiempo antes de que lleguen los resultados, pero debemos seguir creyendo'", sentenciaba.