Un estudio identifica tres perfiles de adicción al móvil, según sus rasgos de impulsividad
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La media de horas diarias oscila entre seis y cuatro
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Los resultados pueden contribuir al diseño de programas de prevención
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La infancia vulnerable pasa más tiempo frente a las pantallas
Tener un móvil, más concretamente un smartphone, se ha convertido en un básico de la sociedad actual, de hecho, su uso ocupa un gran número de horas del día de muchas personas. Al mismo tiempo que este aparato facilita la comunicación entre las personas, permite estar informados, te ayuda a llegar a los sitios... también tiene su lado oscuro, y es que está generando graves problemas de adicción y dependencia.
Antes esta realidad, Pilar Flores y Ana Sánchez-Kuhn, investigadoras del Grupo de Investigación ‘Neurociencia Clínica y Experimental’ de la Universidad de Almería (UAL), han clasificado los niveles de adicción al teléfono móvil en tres perfiles diferentes, según sus rasgos de impulsividad.
Los resultados del trabajo, publicados bajo el título ‘Del uso no problemático a la adicción al móvil: Perfiles de impulsividad’, se enmarcan en el proyecto ‘Conceptualización transdiagnóstica del trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el trastorno obsesivo-compulsivo desde los criterios de investigación por dominios’, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Perfiles de adicción al teléfono móvil
El estudio lo han realizado sobre una población de 412 adultos, con una media de edad de casi 32 años. Mediante un análisis estadístico de clústeres, que consiste en agrupar datos en conjuntos según sus características comunes, el equipo de investigación ha encontrado tres perfiles diferentes según sus rasgos de impulsividad.
En primer lugar han situado un perfil con adicción al móvil que lo usa una media de 6 horas diarias y que muestra altos niveles de urgencia negativa y positiva, entendida como tendencia a actuar impulsivamente cuando se experimentan emociones intensamente negativas o positivas, respectivamente, y de falta de premeditación.
El segundo perfil es el que aún no muestra signos de adicción al teléfono móvil, aunque lo utiliza también una media excesiva de 5,5 horas al día y sí muestra un alto grado de pérdida de control en su uso. Finalmente está el grupo que no muestra adicción, ni niveles altos de impulsividad, y cuyo uso diario está en torno a las 4 horas.
Una clasificación útil para la salud pública
Estos resultados sugieren “una clasificación de la adicción al teléfono móvil problemática que ya se está abordando a nivel experimental y clínico porque está constituyendo un problema en la sociedad y de salud mental”.
Los autores del trabajo han apuntado que “el abordaje de la problemática desde un punto de vista no binario, sino de conjunto de datos basado en características individuales de la personalidad, puede contribuir al diseño de programas de prevención e intervención más precisos y eficaces”.
De este modo, consideran que puede suponer una aportación que beneficie a la salud pública, sabiendo que “el móvil siempre lo tenemos cerca”, que “tratamos de tenerlo cargado, comprobamos su estado asiduamente y rastreamos nuevas notificaciones, ya que es una herramienta de información, ocio, intercambio social, trabajo y salud, y hasta nos ayuda en las tareas del hogar”. Sin embargo, advierten que no todo es positivo ya que “los reforzadores que ofrece, y su aparición intermitente, han contribuido a desarrollar lo que parecen ser conductas adictivas”.