Un poquito de por favor (y cariño) con Nico Williams en el entorno Athletic
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Nico Williams de momento no ha cogido su punto perfecto
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Pero no es de recibo tirar de tremendismo y dificultar su renovación
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La afición del Athletic Club sueña a lo grande: "A por LALIGA, oé"
En un Athletic Club que enamora con su fútbol, que lo mismo gana la Copa 40 años después que se lleva el Trofeo Zamora o logra hacer 'Ilustre de Bilbao' a su técnico Ernesto Valverde, que vuela altísimo tanto en LaLiga como en la Europa League, siempre parece que hay rebuscar a fondo para sacar pejilgueras que den vidilla a las RRSS o por puro aburrimiento, a saber... Sea con el tema de los 3 porteros, con el fichaje de un Álvaro Djaló aún al ralentí o con el momento menos vibrante de lo esperado de Nico Williams.
Es evidente que su verano, desde el boom con la Selección Española en la Eurocopa, que le llevó hasta a salir escoltado de restaurantes en Italia, y sobre todo la lata mental del Barça y sus voceros/machacas, le han pasado una factura psíquica y física que aún arrastra. Es un chaval de apenas 22 años, que ha tenido que madurar a la tremenda.
Bonita frase, en esa línea, la del Documental de los hermanos Williams, donde Nico apunta -conduciendo su coche- que "a veces me gustaría hacer locuras y cosas de gente de mi edad, pero sé que yo no puedo hacerlas". Un verdadero golpe de madurez de un chaval, un crío, que es observado con lupa.
Nico Williams, bajo el escrutinio de ser una Star
La estrella mediática y afamada del Athletic, cuya continuidad en Bilbao se celebró en verano casi como un título ante la ofensiva del Barça de Joan Laporta y su irrespetuoso entorno, no está al nivel que se esperaba. Cierto. Suma 1 gol y 3 asistencias en liga y 1 gol y 2 asistencias en Europa. Se esperaba más, mas tampoco es un secarral.
Pero a lo apuntado de su verano hay que añadir el valorar los dobles y triples marcajes que le hacen los equipos rivales, a los que Valverde ha tratado de responder aumentando la movilidad de Nico por todo el frente del ataque jugando a menudo por dentro.
Me sorprende cierto exceso de críticas sobre su temporada, que no cumple el hype pero no es un drama, y ya directamente me alucinan los txiripitiflauticos que hablan de 'ponerle un lacito y venderle'
Lo deseable es que, en todo caso, la directiva de Jon Uriarte pueda renovarle su contrato con una cláusula de rescisión mucho mayor, porque no duden que el verano de 2025 seguro que trae un revival del chau-chau importante al teléfono de Félix Tainta. De hecho en este parón navideño ya han salido a colación, por este orden, en el exterior los nombres de PSG y Bayern de Múnich.
Y desde luego estar dándole caña y pedir que lo vendan no ayuda en nada a que se sienta feliz en Bilbao pese a los cariñosos consejos de su madre María Confort Arthuer y de Iñaki Williams.
Por terminar, siempre positivo, en vez de fustigarnos con lo que no va al 100% (recuerden las míticas ortigas en las ‘partes’ de Carlos Pouso) prefiero quedarme con el temporadón que está haciendo el Athletic de Valverde pese a que Djaló no arranca y a que Nico Williams no lidera el ataque como todos pensaban.
Como deseo para 2025 no está mal soñar con lo que puede ser esta nave cuando ambos atacantes cojan la onda. Que se echen a temblar los rivales.
Me parece muy bien, pero queremos más goles y más rendimiento. Y sobre todo menos divismo.