Dynasty Warriors: Origins, una nueva vida para una saga legendaria

Dynasty Warriors: Origins marca el regreso triunfal de una de las franquicias más icónicas del género Musou. Desde su debut en la era de PlayStation 2, esta interminable serie de Koei Tecmo nos ha transportado a la turbulenta China pre-medieval, ofreciendo la oportunidad de ser un guerrero invencible capaz de enfrentarse a hordas interminables de enemigos con cientos de soldados, literalmente, inundando nuestras pantallas.

Pero es cierto que esta legendaria y prolífica saga ha ido perdiendo frescura y son muchos los que piensan que sus últimas entregas han comenzado a sentirse repetitivas y totalmente carentes de innovación. Y la fórmula original, por sí sola, ya no llamaba tanto la atención. Dynasty Warriors: Origins es la respuesta de sus creadores a este desgaste de los últimos años. La primera entrega que llega la nueva generación de consolas (ya ha tardado) y una importante revolución en su diseño que intenta conseguir dos objetivos: volver a los orígenes de la saga (de ahí su nombre) tanto en sensaciones jugables como en cuanto a su historia y abrir su experiencia a una nueva generación de jugadores ajenos al género.

Una apuesta arriesgada pero que llega con un envoltorio técnico que brilla en la nueva generación. El aspecto gráfico resulta impresionante y el juego en general podría llegar a coronarse como la mejor entrega de la saga, y mira que hay entregas. Aunque llevarse este título conlleve dejarse a algunos fans de siempre pot el camino.

Una base histórica que vuelve al principio

El atractivo narrativo de la saga siempre ha estado ligado a una época concreta de la historia de China, desarrollada entre los siglos II y III de nuestra era, la época recogida en el clásico literario chino 'Romance de los Tres Reinos'. Dynasty Warriors: Origins vuelve a la primera época de este periodo y se sitúa en los eventos previos a los conflictos más conocidos de la serie, abarcando 150 años en el final de la dinastía Han, comenzando con la Rebelión de los Turbantes Amarillos y culminando en la épica Batalla de Chibi, conocida también como la Batalla de los Acantilados Rojos.

Uno de los principales cambios del juego es que aquí no encarnaremos a algunos de los personajes icónicos de la saga, muchos personajes y héroes históricos del Romance de los Tres Reinos, como Cao Cao, Liu Bei o Sun Quan. Las anteriores entregas solían destacar por permitir la elección entre una enorme galería de héroes, cada uno con su historia y su motivación detrás. En lugar de eso, esta nos pone en el papel de Ziluan, un guerrero anónimo que, además, sufre de amnesia y no recuerda nada de su pasado. Este nuevo protagonista actúa como una ventana para explorar el ascenso de los grandes líderes de los Tres Reinos.

Ziluan puede parecer, en principio, un personaje algo plano y genérico, pero la narrativa del juego nos impulsará a descubrir su pasado y esto aporta un toque de misterio que complementa la historia principal del juego. Además, parece un interesante acercamiento, desde fuera, al conflicto político, social y militar de este apasionante periodo. En manos de nuestro personaje estará elegir bando, ya que el juego nos permite tomar elecciones que influyen en la trama, permitiendo a Ziluan aliarse con facciones como Shu, Wei o Wu, y tomar partido en los acontecimientos del juego.

Un combate evolucionado: estrategia y acción en armonía

La jugabilidad siempre ha sido el corazón de la saga Dynasty Warriors, y Origins no decepciona. Si bien conserva la esencia del combate masivo "uno contra mil", introduce algunas mecánicas más estratégicas (no podremos ir a lo loco en las batallas sino atender a las necesidades de nuestro ejército) y un sistema de progresión bastante profundo basado en las armas que nuestro héroe puede llevar consigo, evolucionar y desplegar en el campo de batalla. Aunque ya hemos dicho que encarnamos a un solo héroe anónimo, en momentos puntuales también podremos encarnar a algunos aliados que luchan con nosotros codo con codo.

El juego cuenta con nueve tipos de armas que ofrecen estilos únicos, desde espadas y lanzas hasta chakrams y guanteletes. Cada una de estas armas tiene un sistema de maestría que desbloquea combos y habilidades especiales, incentivando experimentar con ellas para dar con nuestro esltilo de combate favorito. Además, las Battle Arts, movimientos poderosos que consumen recursos, añaden una capa táctica al combate. Desde invocar tornados hasta disparar rayos de luz, estas habilidades hacen que cada enfrentamiento sea más espectacular y con toques estratégicos.

El combate no solo nos llevará a aplastar a cientos de enemigos en batallas masivas, sino que nos presentará atractivos combates 'uno contra uno', con algunos generales o cabecillas que se abren paso entre las hordas y nos retan a superarles y a los grandes jefes finales que serán especialmente duros. Aquí nuestros golpes y habildiades de ataque serán igual de efectivos, pero tomará mayor importancia la defensa activa. Las mecánicas de parry y la esquiva perfecta serán nuestros principales aliados, unas técnicas intuitivas y satisfactorias que, una vez dominadas y unidas a algunos contrataques devastadores, serán la clave para pasar estos desafíos sin muchas complicaciones.

Explorando el mapa del mundo

Uno de los cambios que más llaman la atención de esta entrega e la inclusión de un mapa del mundo que simula una versión en miniatura de esta zona de la antigua China, por la que podemos movernos para buscar nuevas aventuras, misiones y zonas interesantes por descubir, muy al estilo de los clásicos JRPG. Este diseño en miniatura del mapa del juego recuerda a un diorama viviente, con montañas, ríos y todas las peculiaridades geográficas de unas provincias llenas de actividades. Aquí es donde podemos elegir comenzar alguna de las misiones principales o afrontar escaramuzas rápidas y desafíos secundarios. El mapa siempre presenta algo que hacer, como NPC’s que nos ponen al día de los acontecimientos históricos o de las faccioens que asedian esas zonas. También nos pueden encargar misiones secundarias que nos otorgarán recompensas como nuevos objetos, mejoras para nuestro héroe y puntos de habilidad.

El sistema de viaje rápido es eficiente, pero no elimina la necesidad de explorar, que será la base para explotar al máximo la experiencia de juego. Si nos tomamos nuestro tiempo para recorrer el mapa iremos descubriendo escenas únicas, conversaciones de lo más interesante con personajes importantes y eventos especiales que enriquecen la experiencia narrativa. Además, según avancemos el mapa irá cambiando, como la historia de China, y podremos volver sobre nuestros pasos para observar esos cambios y descubrir nuevos eventos.

Dynasty Warriors: Origins brilla, como siempre, en la forma en la que desarrolla a sus personajes. A través de un sistema de vínculos, podremos forjar relaciones con figuras legendarias como Guan Yu o Lu Bu. Cada vínculo tiene cinco niveles, y progresar en ellos desbloquea bonificaciones y escenas íntimas que muestran facetas inesperadas de estos personajes históricos.

Un apartado gráfico sobresaliente

En el apartado técnico, Dynasty Warriors: Origins es un paso adelante significativo para la saga, sacando partido por fin al hardware de nueva generación. Los modelos de personajes son muy detallados y los escenarios, aunque algo menos interactivos de lo esperado, están llenos de vida. El motor gráfico gestiona hordas masivas de enemigos sin sacrificar fluidez, incluso en las batallas más caóticas y el resultado en pantalla es verdaderamente impresionante.

La música mantiene el estilo épico característico de la serie, con temas dinámicos que se adaptan a la intensidad de las batallas y melodías algo más tranquilas para las cinemáticas o los momentos de exploración. El doblaje en inglés y japonés, que podemos elegir para combinar con los subtítulos en castellano, está muy bien realizado, aunque la falta de voz para el protagonista principal puede restar impacto emocional a algunas escenas. Nuestro personaje es mudo y no podremos oírle pronunciar las frases que elegimos para sus contestaciones en los diálogos con otros personajes.

Origins repite y potencia muchas de las claves de esta saga musou que cuenta con una fiel base de seguidores, aunque ha añadido elementos que puede simplificar un poco la experiencia, abriéndose a nuevos jugadores. Su atractivo gráfico y sus épicas batallas contra enormes ejércitos pueden llamar la atención y atraer al género a nuevos usuarios. Esto hace que los combates pueden carecer de cierta variedad en algún momento y vuelva a caer en la excesiva repetición. Pero hay que decir que la exploración, la inclusión de misiones secundarias y desafíos extra y el sistema de evolución del personaje nos distraiga de estas pequeñas pegas.

Conclusiones de Dynasty Warriors: Origins

Dynasty Warriors: Origins es toda una declaración de intenciones por parte de Omega Force, una renovación bastante valiente de una saga que ya es mítica. Con un combate renovado, una narrativa enriquecida y un apartado técnico a la altura, parece que queda demostrado que la franquicia todavía tiene mucho que ofrecer. Aunque no es perfecto, este título equilibra tradición e innovación de una manera que atraerá seguro a nuevos jugadores y puede también deslumbrar a los veteranos.

Con Dynasty Warriors: Origins, la saga da un paso audaz hacia el futuro sin perder de vista sus raíces. Es un título que no solo revitaliza el género Musou, sino que establece una base sólida para futuras entregas. ¿Puede ser la mejor entrega de la saga?

Lo mejor

• El apartado gráfico es una maravilla
• El nuevo sistema de combate y el sistema de progresión
• La exploración y el mapa 3D que nos permite descubrir y elegir nuestro camino

Lo peor

• El personaje no tiene el carisma de los grandes héroes de la saga
• Los desafíos y combates pueden resultar repetitivos

80/100