De las calles de Argentina a amenazar el ascenso del Deportivo: Gianfranco, tercera generación 'Gazzaniga' bajo palos

Es uno de los porteros de moda en Primera Federación mientras su hermano triunfa en el Girona: son los hermanos Gazzaniga. Uno de ellos, Gianfranco, amenaza del Deportivo la próxima jornada; mientras el otro, Paulo, disfruta de un curso inmejorable. De las calles de Argentina a Valencia en busca de un sueño que ahora se cumple en España. Apostaron a vivir del fútbol y lo han conseguido, de la tierra del tango a la de las gaitas, sus carreras se separaron, aunque ahora son tendencia en la península. Y este domingo buscará frenar las armas secretas de Óscar Cano.

Este sábado el Deportivo se enfrentará al Racing de Ferrol y, enfrente, estará un portero con una curiosa historia y un apellido más que reconocible en el fútbol español. Gianfranco Gazzaniga, de 29 años, es el hermano menor de Paulo, el portero titular del Girona. Juntos llegaron a España cuando su padre, antiguo portero de River Plate, detectó suficiente talento en ellos para poder triunfar. Lo apostaron todo por recalar en la Comunidad Valenciana y el sueño de ambos se ha cumplido.

Uno ha hecho una carrera más cercana a la élite, mientras el otro busca su hueco en el profesionalismo. Paulo, con pasado en el Southampton o el Tottenham, ahora es indiscutible en la portería de Monti Livi y viene de cuajar una actuación soberbia en el Camp Nou. Su hermano menor, Gianfranco, será el encargado de que el Deportivo no gane este fin de semana. De hecho, es uno de los porteros más destacados del campeonato en Primera Federación y ha conseguido dejar su portería a cero en 13 ocasiones, el que más veces lo ha logrado junto a Jesús Ruiz y una más que Ian Mackay. Aunque, eso sí, es el que más ha jugado de los tres, 29 partidos.

Los Gazzaniga, una familia de porteros de tres generaciones

Que Paulo y Gianfranco fuesen porteros "era inevitable", desveló su padre en una entrevista con Marc Brugués en El Periódico. Los hermanos Gazzaniga son porteros por lazos de sangre, y es que tanto su padre como su abuelo lo fueron. Mario, el que inició todo, fue el primero de las tres generaciones que se han peusto debajo de una portería. Su padre, Daniel Osvaldo, llegó a jugar en el River Plate y a ganar una Copa Intercontinental en 1986 ante el Steaua de Bucarest.

Comenzaron jugando en las calles de Argentina, aunque Gianfranco nació en Sucre (Ecuador) y Paulo en Murphy (Argentina) por los destinos de su padre. "Les veía madera y capacidades para llegar a ser profesionales", explicó Daniel Osvaldo a El Periódico para justificar que, cuando eran jóvenes, se los llevó a Valencia para tratar de desarrollar el potencial que veía en ellos. Empezaron en el Torre Levante y de ahí se movieron: Gianfranco pasó al Almería y Paulo, al Valencia. Desde entonces, carreras separadas pero, años después, guardianes de sus respectivos equipos.