El sueño sigue siendo posible
Qué difícil está siendo el final de la competición para el conjunto de Abelardo Fernández. Una jornada más los sportinguistas acudieron al estadio con la esperanza de escuchar por el transistor un empate o una derrota del Girona ante el Llagostera, que nunca llegó. Con la victoria del conjunto catalán, los jugadores del Sporting de Gijón se pusieron el mono de trabajo y volvieron a demostrar que se lo merecen todo.
El Tenerife llegó con la intención de puntuar en El Molinón y plantó dos líneas de cuatro para defender su portería. A los rojiblancos les costó encontrar los espacios en ataque y las mejores ocasiones llegaron gracias a Bernardo y Luis Hernández. Precisamente el primer tanto del encuentro llegó gracias a una internada de Isma López que nadie pudo detener. El navarro fue capaz de dejar en el camino a cada uno de los defensores que le intentaron parar hasta que se encontró con el guardameta. Una vez delantero de Dani, lo único que hizo fue colocar el balón en la portería del Tenerife.
El primer tanto llegó justo antes del descanso, y marcó el devenir del choque porque en la segunda parte el Sporting hizo lo que quiso con y sin balón. La sentencia legó tras una gran jugada de Nacho Cases, el centrocampista se sumó al ataque y cada vez que decide intervenir lo hace con criterio y con peligro. Como si de un extremero se tratara, controló un pase de Castro y decidió devolverle el esférico para que el delantero sentenciara el partido.
A partir de ahí, los rojiblancos dejaron pasar los minutos para alegría de la afición que, por momentos estuvo más silenciosa que nunca. La victoria del Girona dejó tocada a la parroquia sportinguista que se vino arriba gracias a una gran actuación del Sporting.