¿Quién es Diego Aguirre?

Ha sido un verano movido en el Real Oviedo. El regreso a la Segunda División después de doce años necesitaba de un esfuerzo inicial para confeccionar una plantilla a la altura de la categoría, pero la dirección deportiva ha redoblado esfuerzos y ha servido en bandeja a Sergio Egea uno de los elencos más competitivos de la división de plata.

Y para muestra un botón. Carmelo del Pozo ha logrado vestir de azul a uno de los elementos más deseados por los contendientes por el ascenso, un Diego Aguirre que este miércoles se confirmó como el último fichaje oviedista, despertando las envidias de la inmensa mayoría de equipos de la categoría, que también habían preguntado por él al Rayo Vallecano.
Aguirre, nacido en Toledo hace 24 años y formado en el equipo de la ciudad imperial, fue una apuesta del Rayo en el verano de 2014, aunque Paco Jémez ha preferido que se foguee en Segunda División antes de dar el salto al primer equipo.
Por ello, se marchó al Leganés, donde sumó 2.146 minutos repartidos en 36 partidos, en los que además anotó dos goles –uno de ellos al Sporting en El Molinón-. Regresó a Vallecas, haciendo la temporada a las órdenes del peculiar técnico cordobés, pero la reciente llegada de Álvaro Vadillo –otro de los que sonó para reforzar al Oviedo- ha terminado de cerrarle el hueco en los franjirrojos.
Aguirre cuenta con una característica fundamental, y es que se puede adaptar a cualquiera de las dos posiciones de la banda izquierda. Jémez lo usó en su primera pretemporada como lateral, pero Garitano prefirió colocarlo como extremo.
El toledano aportará en cualquiera de los lugares en las que lo use Egea una velocidad explosiva, capacidad de regate y desborde, aliñados con buenos recortes, controles orientados… todo eso gracias a una explosividad que le hace imparable cuando es capaz de demostrarla.
Este jueves será presentado a mediodía en el Carlos Tartiere la guinda de la planificación deportiva del Real Oviedo. Carmelo del Pozo puede estar orgulloso. Ahora le toca a Aguirre demostrar que por algo se peleaba por él casi toda la Segunda División.