Las matemáticas son difíciles
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Rubi: "Estoy convencido de que daremos la cara ante el Madrid"
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Una alta más para Rubi
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El problema no es el entrenador
Antes del partido ante el Málaga, en el sportinguismo había esperanza, porque se veía que el equipo podría acercarse a los rivales que tenía por delante y meter presión. El Sporting perdió ese encuentro y también el siguiente, en la salida a Anoeta, tirando así dos buenas ocasiones de meter presión a los equipos que están en la pelea por el descenso.
Previo a esa derrota ante el conjunto andaluz, se hablaba de cinco victorias en nueve partidos, pero ahora ya tendrían que ser cinco victorias en siete partidos, lo que parece casi un imposible. Y más teniendo en cuenta la entidad de algunos de esos rivales o los momentos en los que podrían llegar al partido ante el Sporting. La primera piedra, la más grande, es el Real Madrid este sábado en El Molinón. Después, la salida contra Osasuna, que también se miraba como asequible, pero el rendimiento del equipo navarro ha aumentado en las últimas jornadas, y mismamente el Leganés cayó en el Sadar. El Espanyol vendría luego con Europa en juego, igual que el Villarreal que es el siguiente partido como visitante.
En las dos últimas jornadas como local podrían venir las bazas rojiblancas, pero quizá ya sea tarde para reaccionar. Las Palmas vendría a El Molinón, un equipo que es el segundo peor como visitante, aunque eso no sea garantía de nada, después de cómo llegaba el Málaga por ejemplo y en la última jornada el Betis sería el rival, un Betis que si todo va en orden debería llegar salvado. La salida de la penúltima jornada es a Éibar, un rival que podría estar apurando sus opciones de Europa.
Parece pues muy complicado encontrar partidos para marcar como ganables, sobre todo teniendo en cuenta que ya se han marcado de esa manera muchos encuentros esta temporada y el resultado no ha sido precisamente la victoria. Pero Rubi y la plantilla siguen confiando y mientras haya vida hay esperanza, echando también un ojo a lo que hagan los de arriba, que tampoco acaban de sumar como para respirar.