Jarro de agua fría

El Real Oviedo llegaba tras dos victorias consecutivas, pero no pudo prolongar la dinámica ante un buen Valladolid, que superó a los azules en el marcador y en el juego. Anquela apostó por el mismo once de las últimas jornadas, pero faltó chispa en la zona de tres cuartos. 

La batalla por el dominio del balón fue intensa desde el primer minuto entre dos equipos que querían tener la posesión. El Oviedo llegó las dos primeras veces, mediante Aarón que quiso penalizar una duda en la salida de Masip y mediante Saúl, con un disparo lejano que se marchó desviado. Así probó también Óscar Plano en la otra portería con similar resultado. 
La más clara llegó en el minuto 19. Hervías, muy eléctrico, estaba consiguiendo generar peligro por su banda y tras un centro raso, Mata la dejó de cara para el remate de Óscar Plano, que se marchó a córner tras rebotar en un defensa azul. El Oviedo devolvió el golpe al momento. Tras una gran carrera a la contra de Saúl, la jugada acabó un en saque de esquina rematado por Carlos Hernández que se marchó desviado. 
A partir de ahí, el partido perdió fuerza y dejaron de verse ocasiones, aunque el Valladolid generaba sensación de peligro aprovechando la espalda del doble pivote carbayón. Ese guion fue el que continuó dándose tras el paso por vestuarios, con el Valladolid, cómodo con el balón, acercándose más con cada minuto que pasaba, hasta el minuto 60 donde se desató la tormenta.
Y lo hizo otra vez castigando la zona vacía entre la línea defensiva y los mediocentros en el primer tanto. Jaime Mata recibió en la frontal libre de marca y tras un quiebro en el que se deshizo de su par sacó el disparo seco y raso que no pudo detener Alfonso. Sin tiempo para la reacción de un Oviedo que quedó tocado llegó el segundo. A la salida de un córner, nadie fue capaz de despejar y el balón rebotó en Folch antes de entrar llorando en la portería carbayona.
Anquela puso la carne en el asador y buscó alternativas ofensivas en el banquillo, cambiando a 4-4-2 tras la entrada de Linares. El Oviedo pasó a buscar entonces las llegadas sobre todo por centros laterales y el gol llegó así. Un buen balón de Saúl desde lavanda izquierda lo recepcionó Linares con el pecho y remató de primeras con la zurda para superar a Masip.
El gol llegó tarde y el partido acabó sin que el Oviedo pudiera tener alguna ocasión para el empate. Se frena la racha con una nueva derrota en el Carlos Tartiere, de donde no pueden volar más puntos en este tramo decisivo.