Asentado en la zaga
El Real Oviedo ha conseguido encontrar el buen camino en lo que se refiere a las sensaciones defensivas. Los azules llevan dos partidos consecutivos sin encajar gol y concediendo además pocas facilidades al rival en lo que se refiere a la generación de ocasiones. Uno de los jugadores que está sobresaliendo en esa defensa es Oswaldo Alanís, que ya se encuentra perfectamente acoplado al equipo, mostrando que puede ser un jugador importante en la categoría.
Alanís ha encontrado su hueco definitivo en el centro de la zaga de tres centrales. El defensa mexicano se ha hecho con esa posición de libre tras la lesión de Forlín y en los dos partidos que disputó en esa zona ha mostrado un gran rendimiento. Un rendimiento que se esperaba de él, teniendo en cuenta su cartel de internacional y su difícil incorporación en verano, tras la situación generada con su llegada al Getafe.
Anquela le dio la alternativa por primera vez en Alcorcón, con defensa de cuatro en el centro de la zaga, desplazando a Christian al lateral izquierdo. Antes de que se pudieran extraer conclusiones, el mexicano se lesionó y tuvo que abandonar el partido en el minuto 17. Tras recuperarse, Anquela le volvió a dar la alternativa, esta vez en la titularidad en Riazor. Jugó en la posición de central izquierdo y no fue su mejor encuentro, igual que el resto de sus compañeros, pero no fue ni mucho menos el peor en la zaga.
La lesión de Carlos Hernández ya le otorgó el centro de la defensa de tres. Forlín se desplazó a la derecha ante el Sporting. Ya no salió de esa posición, siendo el comandante en los tres resultados positivos de los carbayones, que encajaron un gol en tres partidos. Contundente a la vez que elegante, también destaca por su salida de balón con la pierna zurda, con la que tiene buen golpeo. Tras un arranque dubitativo, Alanís ya se ha asentado en la zaga, con ganas de seguir creciendo con el equipo.
