El candado no se echó
El Real Oviedo no ha conseguido el objetivo marcado, que no era otro que meterse en los puestos de play off y han sido varias las debilidades que ha ido padeciendo a lo largo de la temporada. Una de ellas ha sido el elevado número de goles encajados, ya que los azules acumularon 48 tantos en contra, lo que arroja una media de más de un gol por partido, un lastre importante, que ha ido restando puntos a los carbayones.
El hecho de asegurar la defensa se convirtió en una de las obsesiones de Juan Antonio Anquela después de los primeros partidos. Tras comenzar con la idea del 4-3-3, pronto la falta de consistencia defensiva, sobre todo después del partido de Riazor, hizo virar las intenciones hacia el sistema de tres centrales y dos carrileros, modificado por Egea a su llegada. Un recurso que ya había manejado el técnico andaluz en su primera temporada en el banquillo azul.
El equipo ganó en seguridad y en los meses de enero y febrero consiguió reducir el número de goles encajados, hasta conseguir un notable balance de dos tantos en contra en cinco partidos, lo que le permitió engancharse a los puestos de play off. Pero los datos al final de la temporada arrojan esa cifra negativa que ha lastrado a los carbayones.
De los diez primeros clasificados en la tabla, el Oviedo ha sido el que más ha encajado con una importante diferencia sobre el siguiente, que fue el Almería, décimo, con 39, nueve tantos menos que los carbayones. El Extremadura y el Alcorcón, decimosegundo y decimotercero respectivamente, también encajaron menos que el Oviedo. El Granada ha sido el equipo que menos goles ha encajado durante la temporada, cifrando ese dato en 28, 20 goles menos que el conjunto azul. El Oviedo no supo echar el candado en el momento importante de la temporada, y eso sin duda ha sido uno de los puntos débiles de cara a no cumplir el objetivo.