Pedro Díaz, del Astur a El Molinón pasando por la 'Rojita': "El camino ha sido muy duro"
Mareo, esa parcela de césped y fútbol que tanto enorgullece a los aficionados del Sporting de Gijón. Un espacio ya familiar para Pedro Díaz, al que llegó gracias a la buena mano de Rogelio Díaz tras su paso por el Astur y Hermanos Llana. No fue fácil, el centrocampista de La Fresneda encontró una atmósfera propicia en Oviedo tras una mala experiencia con El Requexón, pero fue finalmente en Gijón donde explotó como futbolista.
"El camino fue muy duro", confiesa el futbolista en una entrevista en El Comercio. Debutó con el filial con 16 años, acumuló elogios en su adolescencia por su golpeo de balón y rápidamente se convirtió en la esperanza del filial, pero tardó un lustro en dar salto al primer equipo; hace menos de un año, ante el Zaragoza, salió en el minuto 88. "Ha sido un honor poder debutar, me respingo cada 15 días cuando voy a El Molinón", declaró, emocionado, tras jugar por primera vez con los mayores en LaLiga SmartBank.
"Sabiendo lo que me ha costado llegar a donde estoy, no voy a desaprovechar ni un solo instante de los que viva con el primer equipo del Sporting", y en esas está, ya clave en la dinámica de Djukic, aunque antes convenció a José Alberto. En su última temporada con el 'B' sumó 2.581 minutos en un tiempo en el que ya compartía convocatorias con el primer equipo.
Atípico para un futbolista, Pedro Díaz vinculó su vida deportiva a los estudios, no se olvidó del piano ni de la lectura y compartió vestuario con las grandes promesas del fútbol español en la selección Sub 20 -Cucurella o Aleña, entre otros-, con la que se proclamó campeona ante Argentina en el COTIF de 2016.
Con Manolo Sánchez Murias en el banquillo y junto a Gragera en la medular fue cuando terminó de destacar en Mareo. Antes, vital gracias a un guante en la diestra, el canterano ascendió a la categoría de bronce en 2017, el mismo año de sus primeros minutos con el primer equipo en Copa del Rey.
Su consolidación con el Sporting arrancó con su primer gol, ante el Albacete en la victoria por 2-0 del pasado mes de septiembre. "Sólo quiero disfrutar", asegura, y añade: "Al principio pasó todo muy rápido. Jugué en el filial muy joven y ahí es cuando empecé a amoldar la cabeza porque te das cuenta de todo. Empiezas a ver la realidad. No le voy a decir que no me costó dar el salto al primer equipo".
Pedro Díaz está enamorado del fútbol de Thiago Alcántara, al mismo tiempo que suscita el amor de propia su afición. Sin prisa, pero con menos pausa, el futbolista asturiano va creando su propio camino en El Molinón, dueño de un mediocampo que hace menos de año desconocía sus virtudes.
