Quique Sánchez Flores se deja querer por el Sporting

Encontrar la estabilidad en el banquillo del Sporting de Gijón está resultando bastante complicado en las últimas temporadas. Sin ir más lejos, Miroslav Djukic tuvo que llegar a principios de año para sustituir a José Alberto López, quien un año antes ocupó el cargo tras la destitución de Rubén Baraja. Y así, muchos más nombres. Quien nunca se ha sentado en el banquillo rojiblanco es Quique Sánchez Flores, que en una entrevista en 'La Hora de Broti' de Radio Marca se deshacía en elogios hacia el club asturiano.

"El Sporting es un equipo divino, de esos que llevas dentro. Es un histórico, ese Sporting de los años 70 y los 80, de esos que quieres desde siempre... Cuando juegas en El Molinón, en ese pedazo de estadio, con esa afición... Recuerdo pasar por allí hace unos años con el RCD Espanyol y decir que por favor, que no bajen. Ir a jugar a El Molinón es un espectáculo. Ojalá suba a LaLiga Santander, es donde debe estar el Sporting", aseguraba el técnico madrileño, que se encuentra sin equipo desde que acabara su aventura en el Watford inglés a finales del pasado año.

Días antes, en una entrevista en 'El Transistor' de Onda Cero, Quique Sánchez Flores analizaba cómo afecta la crisis del coronavirus en la práctica del deporte rey, así como a la hora de retomar la competición: "Me importa el fútbol, y la situación es compleja. Partiendo de que es una situación nueva para toda la sociedad, son cosas que se hacen por primera vez. El fútbol tiene la disyuntiva de tener que decidir ciertas cosas, pero el fútbol es una maquinaria muy pesada, muy potente, y tiene la necesidad de no parar", comentaba.

Y añadía: "El fútbol quiere volver lo antes posible, pero de la mejor manera, sin saltarse normas o reglas. Tenemos la obligación de entretener, algo muy importante para la sociedad. Ojalá se produzca esa vuelta, pero con requisitos de dignidad y respeto hacia la sociedad... También me da mucha más pena y me deja mucho más apagado la idea de pensar que vamos a volver a un fútbol durante mucho tiempo sin aficionados, sin emociones", sentenciaba.