El tenis en silla, la última pasión deportiva de Pelayo Novo: así hablan de él sus compañeros de raqueta
En la noche del 28 de febrero saltó la noticia que dejó helado al fútbol español y el tenis en silla de ruedas. Pelayo Novo fue encontrado sin vida al ser arrollado por un tren en la línea Oviedo-Siero, en La Corredoria, cerca de las 20:00 horas de la tarde. Tenía 32 años, toda la vida por delante y con la mira para seguir compitiendo en las pistas, que es donde había encontrado una salida tras el accidente en 2018 que le dejó en silla de ruedas.
Sufrió una caída desde la tercera planta del hotel donde se hospedada con su equipo de fútbol, el Albacete, antes de jugar el partido contra el Huesca en El Alcoraz. Tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, donde fue intervenido. Un fatal accidente por el que tuvo que abandonar el fútbol, pero que tras una larga recuperación había encontrado en el tenis una nueva ilusión por volver a competir.
Hablamos con sus compañeros del circuito de tenis en el que todos coinciden en una cosa: “Siempre estaba con una sonrisa, con ganas de aprender día a día y, sobre todo, su humildad y disciplina”.
El tenis en silla, la última pasión deportiva de Pelayo Novo
Tras tener que abandonar el fútbol en 2018 por la terrible caída, encontró en el tenis su mejor aliado para volver a competir. Tanto le enamoró este deporte que no solo viajaba para jugar, sino que también promovía el deporte formando parte de la directiva de la Federación de Tenis de Asturias. Es más, se aventuró a crear su primer torneo nacional en Oviedo, su lugar de nacimiento, que se celebró por primera vez en 2022 y que este año se va a volver a hacer. Será en el fin de semana del 10 al 13 de agosto en el Club de Tenis Oviedo.
Pelayo empezó su andadura en el tenis en Oviedo, pero su instinto de querer competir le llevó a interesarse por el circuito nacional. Por ello, llamó a Juanjo Rodríguez. Un jugador más que experimentado en este deporte ya que lleva desde 2006 compitiendo y que sabía que era uno de los indicados para adentrarle en este mundo.
“Yo llevaba gran parte de la responsabilidad de todo esto. Cuando él empieza en Asturias recibió un gran apoyo. Pero cuando empieza a plantearse el circuito, me llamó a mí. Y hablamos de las sillas que podría usar y le dejé una. Contactó conmigo porque llevo muchos años en esta competición. Como anécdota, le he tenido que llevar el neceser a su casa más de una vez. Era un desastre, era su mensajero particular”, nos cuenta Juanjo entre risas.
Los primeros días de competición en el tenis
Desde el primer día que apareció en un torneo, cautivó a todos sus compañeros con su sonrisa y amabilidad. Una persona muy abierta y con ganas de aprender día a día para mejorar. Un instinto de competición que tenía por haber sido deportista de élite y que así lo sintieron sus compañeros. “Era importante para nosotros. Aparte de que era una persona de que llegaba del mundo del deporte de élite, él competía. Nos trasmitía a los demás el punto de profesionalidad y competición que no teníamos en el circuito”, nos cuenta Jorge Iglesias, número 11 nacional y compañero de vivencias en los torneos.
“Él llegaba como una persona que quería empezar a competir. Llegó con muchas ganas de aprender. Tenía la sensación de seguir compitiendo a nivel profesional. Por su pasado futbolístico, tenía muy metido el sufrimiento, el sacrificio, el mejorar, el saber perder, el saber ganar”, añade Jorge.
Pelayo Novo, muy querido en el circuito
Sus compañeros destacaban de él su personalidad y carácter una vez que llegaba a los torneos. “Era un chico bastante sano, alegre, siempre con una sonrisa. Nunca se metía con nadie, nunca hacia bromas, todo le parecía bien. Como decía él ‘era el eterno jugador 12’. Salía en la segunda parte siempre cuando jugaba al fútbol. Pero destacaba que era un jugador de equipo. Nos ha dejado un vacío muy grande porque llegó con muchas ganas y tenía mucha progresión”, añade Jorge.
Juanjo Rodríguez recuerda una anécdota que refleja el buen rollo que tenía Pelayo Novo con sus compañeros. El año pasado se casó con su mujer Iziar López en Asturias y en su despedida de soltero llamó a Juanjo para decirle que estaba en Logroño, lugar donde vive su compañero y amigo. Y le llegó un mensaje al móvil de Pelayo: “¿A que no sabes dónde me han traído?”. Y seguidamente le manda una foto vestido de trucha. Una imagen que refleja la alegría que desbordaba Pelayo.
Un competidor incansable
Todos coinciden en que Pelayo es una persona que siempre trataba de mejorar. Preguntaba y preguntaba a sus compañeros para saber qué hacia mal o bien. Esta iba a ser su cuarta temporada de competición y su progresión estaba siendo notoria. Kike Siscar, número 3 nacional y 32 del mundo, recuerda el partido en el que se enfrentó a Pelayo en el Internacional de Barcelona y destacó su rivalidad.
“Cuando terminé le dije ‘tío, has mejorado un montón sigue así, vas por el buen camino’. Lo vi como un competidor nato, nunca se daba por vencido. Contra mi estaba tenso porque quería hacer cosas de las que no tocaban. Le vi muy bien, muy competitivo, se le notaba su mejora. Con ganas de escuchar y de mejorar”, nos cuenta.
Es más, hace poco había comprado una silla de competición valorada en 7.000€ para seguir compitiendo. Una apuesta clara por este deporte que cada vez quería más y así lo reflejaba en sus entrenamientos. Cuando no lo hacía en su club en Oviedo, lo hacía en Madrid en la Federación de Tenis ya que en la capital tiene a su familia viviendo. En las pistas entrenaba junto a Jorge Iglesias porque, además de llevarse bien, tenían un nivel parecido y podían ayudarse mutuamente. “Su mejor golpe era la derecha, cuando la pillaba bien le corría bastante”, destaca Jorge sobre su nivel de juego.
“La primera vez que hablé con él sabía que había sido deportista. Quería mejorar, se notaba que se le iba a dar bien. Se notaba que le gustaba competir, estar con gente. Conmigo siempre ha tenido un trato amable”, apunta Kike Siscar.
Los objetivos en el tenis en silla
Tan solo tres años en la competición, Pelayo Novo no había llegado todavía a ninguna final en los torneos en los que se había presentado tanto a nivel nacional como profesional. Pero, se quedó a las puertas en 2022 de poder jugar el Campeonato de España el pasado diciembre al no entrar entre los 12 primeros en el ranking. Un puesto que actualmente ostentaba siendo así el mejor en nacional. Además, se encontraba el 164 del mundo ya que se aventuró a jugar sus primeros torneos ITF: Nottingham, Tenerife, Miranda, Rivas y el de Tram en Barcelona.
Siempre estará en nuestro corazón azul y recordado como un gran oviedista 💙