2-2, Blanco Leschuk (min. 90)
0-2, Aitor García (min. 53)
Ramírez brinda su mejor homenaje a Abelardo para salvar al Sporting
En una semana marcada por unas declaraciones malinterpretadas o mal entendidas que tuvo que matizar en rueda de prensa, Miguel Ángel Ramírez demostró el respeto que le tiene al 'Pitu' Abelardo utilizando su esquema preferido y con una alineación -al menos en la primera parte- que firmaría con sangre su antecesor en el cargo para confirmar la presencia matemática del Sporting en LaLiga SmartBank la próxima temporada.
Bien cierto es que estuvo muy condicionado por el escenario, Ipurua, y por una SD Eibar que parece un tópico con patas de lo que llaman fútbol vasco, practicando un 'fútbol directo' basado en balonazos con poco sentido e internadas constantes de sus extremos que, dicho sea de paso, hicieron sufrir a Guille Rosas y Cote. Especialmente en el fulgurante arranque que tuvieron, jaleados por su público y buscando reengancharse a la zona de ascenso directo.
Todo pareció irle de cara al Sporting en Ipurua. Se mostraron muy sólidos en defensa protegiéndose de esas embestidas, y hasta hubo suerte -al menos al principio- con la actuación arbitral, tan esquiva en las últimas jornadas.
En el minuto 19 Busquets Ferrer señaló un penalti que Venancio cometió sobre Otero. Precisó la revisión del VAR, faltaba más, por una posible y más que rigurosa falta en el centro del campo en la acción del gol y para la que incluso acudió al monitor. Djuka se encargó de convertirlo a la perfección y pavimentó la tan ansiada permanencia matemática.
La defensa de tres no dio el resultado esperado
Ramírez se mantuvo fiel al 'abelardismo' hasta el descanso cuando retiró a un Queipo molido a patadas por José Marsá para regresar a su esquema fetiche de tres centrales. Y menos mal que Aitor García se sacó de la manga un auténtico golazo para poner el 0-2 en el marcador, porque a partir de entonces el Sporting sufrió de lo lindo.
Sin nada que perder, el Eibar se volcó al ataque en busca de un empate que parecía una quimera y que acabó logrando. Primero, con un penalti muy riguroso que convirtió Stoichkov y ya en el minuto 90 con un gol de cabeza de Blanco Leschuk que ni siquiera la defensa de ¡cuatro centrales! que colocó Ramírez dando entrada a Diego Sánchez pudo despejar.
Por fin pudo corroborar el Sporting su permanencia matemática. Ahora toca pensar en el futuro y acometer una más que previsible revolución donde algunos de los futbolistas más queridos por la afición y artífices de esta permanencia abandonarán el club. Veremos qué pasa.