De Bartzokas a Alonso, el 'annus horribilis' del Barça
Ginés Muñoz.Barcelona, 27 dic .- Para el Barcelona Lassa, 2017 será sin duda un año para olvidar. El año en que los azulgranas perdieron nada menos que 43 de los 90 partidos que disputaron (un 47'7 por ciento), a la espera de saber qué pasará en los dos últimos duelos del año, ante el Khimki Moscú en le Euroliga y el Fuenlabrada en la Liga Endesa.
El equipo de Georgios Bartzokas, asolado por la plaga de lesiones y con una plantilla poco equilibrada, de calidad más bien escasa y repleta de jugadores que estaban de paso, no se clasificó ni para los 'play-off' de la Euroliga 2016-17 al sumar 18 derrotas en la fase regular. Y en la Liga Endesa cayó ante el Valencia Basket en los cuartos de final.
Los malos resultados y la falta de capacidad de Bartzokas para resolver los problemas de vestuario y castigar con mano dura las faltas de indisciplina de jugadores como Tyrese Rice o Joey Dorsey, acabaron con la destitución del técnico griego a final de temporada.
Dos meses antes, había aterrizado Nacho Rodríguez para ponerse al frente de la sección. La llegada del exjugador malagueño acabó con la salida de Rodrigo de la Fuente como director técnico, evidenciando que el proyecto post Xavi Pascual era tan inestable en en los despachos como en el parqué.
Rodríguez despidió a Bartzokas y dio la baja a una decena de jugadores: Xavier Munford, Tyrese Rice, Justin Doellman, Vitor Faverani, Stefan Peno, Marcus Eriksson, Moussa Diagné, Brad Oleson, Alex Renfroe y Stratos Perperoglou.
Confió el nuevo proyecto a Sito Alonso, uno de los entrenadores españoles con mejor cartel, y fichó a Thomas Heurtel, Phil Pressey, Adam Hanga, Rakin Sanders, Kévin Séraphin, Adrien Moerman y Pierre Oriola, además de recuperar al joven Marc García y subir a Rodions Kurucs al primer equipo.
El nuevo Barça de la 2017-18 parecía destinado a hacer grandes cosas, pero en el último tercio del año el equipo, que exhibe una fragilidad defensiva alarmante, ha ido empeorando en su juego en lugar de mejorarlo.
Pese a tener una plantilla mucho más talentosa y equilibrada que la anterior y todos los jugadores sanos, el Barcelona Lassa de Alonso suma ya 13 derrotas en 25 partidos, unos números que no entraban ni en el guión más pesimista de la sección.
En la Euroliga, los azulgranas acumulan 9 tropiezos, solo han logrado 4 triunfos y, a partir de ahora, tendrán que ganarlo prácticamente todo si no quieren quedarse sin disputar las eliminatorias al título por segunda temporada consecutiva.
El bloqueo emocional de los hombres de Sito Alonso está siendo tal que el equipo se derrumba cada vez que se ve por debajo en el marcador.
El Barça todavía no sabe lo que es ganar a domicilio en Europa y, lo que es aun peor, no ha recuperado el Palau Blaugrana como aquella fortaleza que antaño era casi inexpugnable.
En la pista catalana esta temporada ya han ganado el Zalguiris, el Efes y el Fenerbahce, el UCAM de Murcia, el Iberostar Tenerife, el Herbalife Gran Canaria y Unicaja.
El último título que ganó el Barça data de 2015 y fue la Supercopa de España. La transición está siendo más larga de lo esperado y 2017 un auténtico vía crucis para el baloncesto azulgrana.