Xavi Hernández le pone la cruz, insulta a un seguidor del Barça en redes sociales, está fuera
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Raphinha está cavando su propia tumba, y a cada día que pasa está más lejos del Barça. Primero comenzó con su particular show en el banquillo, montando un ‘pollo’ cada vez que se marchó sustituido. Lo ha hecho en varias ocasiones, especialmente en dos, frente al Manchester United y al Getafe. No le gustó que Xavi Hernández decidiera retirarlo del terreno de juego, y pagó su enfado con el asiento, dando varios golpes de puño al respaldo, ante la mirada de sus compañeros y del cuerpo técnico.
Por si no fuera suficiente con eso, también se filtró que tuvo una pelea con un par de compañeros, cuya identidad no ha sido revelada, en un entrenamiento. El ‘22’ iba pasado de rosca, y se empleó con demasiada dureza, estando a punto de lesionar a más de un jugador, que le reprochó su actitud. Lo mismo hizo el entrenador catalán, con unas palabras que no sentaron nada bien al brasileño, que se dirigió a los vestuarios muy mosqueado.
Y la guinda del pastel llegó hace tan solo unos días. Porque, como han contado en el portal web ‘Culémania’, en el Camp Nou no ha hecho ni pizca de gracia ver como el ex del Leeds United, del Sporting de Lisboa y del Stade de Rennes se enfadaba con un seguidor a través de las redes sociales. En una publicación del perfil TNT Sports, un conocido medio de Brasil, un usuario puso las siguientes palabras: “Fuck you, Raphinha”, lo que traducido al castellano vendría a ser “Que te j*dan, Raphinha”.
Un insulto al que Raphinha respondió, entrando al trapo de manera infantil, mostrando un comportamiento y una actitud realmente poco profesional. “Vai vôce babaca” soltó el futbolista de 26 años, un término que viene a significar “Vete por ahí gilip**las”. Xavi ha acabado por poner la cruz al habilidoso atacante del Barça, que se ha convertido en uno de los claros candidatos a ser traspasado cuando se inaugure el periodo de transferencias.
La intención será recuperar los casi 60 millones de euros que costó en su momento, una apuesta que no ha dado un buen resultado, para desgracia de Joan Laporta.
