Igor Antón eufórico: "Tras esta victoría ya me puedo retirar"
"Ha sido una bilbainada y después de esta victoria, sin duda la mejor de mi carrera, ya me puedo retirar", decía irrefrenable un Igor Antón que poco a poco se hacía a la idea de que él era el vencedor de la etapa Noja - Bilbao, la 19ª de la ronda española. Las vibraciones que le transmitió el poder alzar los brazos en la abarrotada Gran Vía bilbaína le servirán en el futuro para superar los malos ratos que también da el ciclismo. De hecho, si el de Galdakao, -machacado moralmente en esta Vuelta-, llegó hasta Bilbao después de pasarlo "muy mal en la primera semana", fue porque todos le estaban anunciando la fiesta que se preparaba en su casa.
Los 4,4 kilómetros de ascensión al alto de El Vivero, un puerto que "conozco como la palma de mi mano", añadió el ciclista vizcaíno, se convirtieron en un estrecho pasillo de inacabable ánimo para todo su equipo que "corría en casa". Vestido de naranja la imagen de 'Fuji' se difuminó entre el gentío ataviado mayoritariamente con camisetas del mismo color.
El ciclista vizcaíno, que vive precisamente en las inmediaciones de El Vivero, no se jugaba solo la victoria de etapa. Era algo más, mucho más para él, que considera que ha hecho "historia" y también para su equipo, el Euskaltel-Euskadi, que estaba con su gente y ha logrado triunfos de etapa en las tres grandes rondas en este 2011.