La trascendencia del choque no sofoca los pitos a Llorente
El Athletic se jugaba su continuidad en la Copa, una competición que engancha en Bilbao como en ningún otro sitio. El empate a cero de la ida en Ipurua alimentaba la incertidumbre. Y el dominio del Eibar en los primeros minutos, mucho más. Ni siquiera esa necesidad ha sofocado los pitos a Fernando Llorente.
El ariete internacional, elegido por Bielsa para formar de inicio como principal referencia ofensiva, se va a tener que acostumbrar a jugar en San Mamés con un sector de la afición muy en contra. Tanto que hinchaba a tope sus pulmones para subir los decibelios de sus pitadas cada vez que el delantero buscaba la portería contraria. Aunque fuese para conseguir el gol que permitiera a los leones avanzar en el ilusionante torneo del KO.
Ya ocurrió hace pocos días, en el intrascendente compromiso europeo ante el Sparta Praha. Pero había ciertas dudas sobre si ocurriría lo mismo con un objetivo tan importante entre manos como la supervivencia del equipo rojiblanco en una competición. Hay que dejar claro que una parte importante de la grada se mantuvo firme en su decisión de no pitar con el balón en juego. Pero la otra, la que ha optado por lo contrario, también
Llorente, pese a todo, ha sido el protagonista de la ocasión más clara de la primera mitad junto al tiro de Herrera. Al filo de la media hora, Jonás Ramalho le ha puesto un gran centro a la testa y su cabezazo se ha marchado ligeramente desviado. Era la primera amenaza de los bilbaínos en medio del dominio armero del primer acto. A cuatro minutos del descanso, se ha revuelto en la frontal para sacar un disparo que ha atrapado Irureta sin problemas. El ariete ha escuchado los pitos antes de chutar.
El técnico argentino, como ya ocurrió en el choque de Europa League, le ha sentado en el descanso para dar entrada a Aduriz en la segunda mitad.