El Athletic pelea pero se hunde tras caer contra el Rayo
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Gurpegi por Amorebieta, un cambio con historia
Asís Martín III BilbaoEl Athletic concluye una primera vuelta calamitosa con escasos 21 puntos al caer ante el Rayo en San Mamés. Partido con arbitraje decisivo que inventó un penalti de Gurpegui que nunca existió, pero tercera derrota consecutiva que obliga a preocuparse mucho por el devenir de la campaña. Encima hay diez días antes de medirse con el Betis.
La verdad es que el arbitraje de Pérez Montero y sus líneas fue demencial. Permitió al Rayo ponerse tibio en la primera parte y, sobre todo, concedieron un penalti que no era y que liquidó el partido. O amonestaron a San José en un posible penalti sobre el navarro. Todo ello es cierto. Pero también que el árbol no impide ver el bosque y que este Athletic se va a pique. La primera vuelta ha sido muy mala, con demasiados frentes abiertos, con demasiadas carencias en lo deportivo. Y cuando se juntan tantas cosas negativas los resultados muestran que las metástasis existen y se extienden por el cuerpo. Falta gol, sobran errores defensivos, no hay frescura física y es demoledor ver que los equipos ganan en Bilbao haciendo lo mínimo. Encima el cambio inmediato de Amorebieta tras el gol de Lass barrunta otra tormenta. Es para temblar.
Daba igual que se jugara en viernes, que sábado o domingo, se palpaba en el ambiente la ansiedad propia de un equipo que camina cojitranco a punto de cerrar la primera etapa liguera. Con Amorebieta de capitán el Athletic buscaba cambiarles a los vallecanos su racha, en plan tocomocho, por la bilbaína.
Hacía falta ganar y los de Bielsa se fueron con vértigo arriba obligando Aduriz a Rubén a intervenir a bocajarro a los cinco minutos. Los de Paco Jémez, por su lado, descaradamente apostaban por contras en busca de un Lass que había avisado de su potencia con espacios. Los desajustes de los vizcaínos suelen generarlos, con un Rayo que recordaba en su presión a la nuestra del curso pasado.
Así que la noche era una moneda -muy vistosa- al aire. De hecho los leones ofrecieron de salida una versión mejorada y más reconocible, jugando con velocidad e intensidad ante un rival crecido por su temporadón. Susaeta, por fin participativo, lo intentaba en el 18' con una gran rosca desde fuera del área que buscaba la escuadra. El público también recuperaba el pulso habitual tratando de aportar su aliento, ya que pese al empuje y a los intentos de un Ibai protagónico las ocasiones escaseaban.
Más fácil fue ver palos entre Aduriz y Jordi Amat que intervenir a los porteros en el primer periodo. Los hoy azulones se defendían bien y ni siquiera a balón parado se les podía buscar las cosquillas. Como la cosa iba más de testosterona que de fútbol articulado poco a poco se empezó a pedir al colegiado que estuviera más generoso con las tarjetas.
Los madrileños rascaban demasiado, sobre todo a un Muniain que encima que no está fino pasaba más tiempo tumbado doliéndose que jugando. Es aquello del 'otro' fútbol... pero el agarrón de Piti a Iraola del 45' fue digno de la lucha libre que da Marca TV habitualmente. Pérez Montero prefirió mirar para otro lado. Tal vez le avergonzaba que hubiera realmente más posibles tarjetas a mostrar que remates en esa primera parte. De hecho Jémez optó por quitar a Amat al descanso ya que el joven catalán olía a roja a kilómetros.
A la vuelta de vestuarios la cosa empezó mal no, fatal. De Marcos andaba de rondón, Amore no le tapó y Lass se presentó totalmente solo para batir a Iraizoz. Bielsa reaccionó metiendo a Gurpegui por Amorebieta que salió pitado del campo y se fue con un cabreo brutal al banquillo.
En plena caraja Ekiza obligó a Gorka a salvar los muebles dejando un balón tonto a los pies de Lass que esta vez no acertó. Los fantasmas volvían a aparecer y, entre ellos, Llorente a calentar. El riojano salió con una bronca de espanto, algo de locos cuando el equipo pierde en casa sinceramente. En el 59' Aduriz, que sí jugaba minutos con el mundialista, casi marca en un tiro mordido. Y el propio Fernando la echó al larguero nada más salir.
Pero cuando todo va en barrena hasta el línea te pita un penalti a Gurpegui que era fuera del área, el sexto máximo castigo ya del curso, que puso los clavos al ataúd al transformarlo Piti con su zurda. Ya se sabe que Iraizoz no es que pare muchos, bueno,... alguno.
Lógicamente con el 0-2 ya los nervios estaban desbocados y era tremendo ver como sufría Bielsa viendo su obra desplomarse. Herrera bordeaba la expulsión y la grada se iba consumiendo hasta que Mikel San José enganchaba un boleón en el minuto 76 que fue un auténtico desfibrilador. Los corazones dieron un vuelco. Hasta se aplaudió a Llorente tras un buen disparo en el 80' que atajaba Rubén. Aunque luego el de Rincón de Soto atascó las arterias de todos al fallar un gol cantado en el minuto 85 completamente solo. Era el empate, pero cuando es que no es que no, que decía Ziganda cuando jugaba.
Al menos a la desesperada el Athletic hizo ocasiones con Llorente en gran protagonista, el Rayo pidió la hora ya con 10 jugadores al expulsarse a Gálvez, pero no fue suficiente. Los puntos volaron, Aduriz se fue cojeando y hasta el lunes 21 que haya que jugar contra el Betis la cosa será eterna. Al tiempo.