El Athletic encuentra el Dorado ante un Valencia que hizo temblar San Mamés
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Bielsa: "Ante Osasuna y Valencia los resultados nos favorecieron exageradamente"
Asís Martín III BilbaoEl Athletic miró al cielo tras encadenar su segunda victoria consecutiva en un dificilísimo partido contra un Valencia que en la segunda mitad puso San Mamés en un brete. Pero ahora la suerte -pese a un arbitraje nefasto de Teixeira- va de cara: Iraizoz lo para todo, la puerta se queda a cero, marca Muniain y hasta hubo algunos aplausos para Llorente. Ya llueve menos.
Cómo sabe ganar dos partidos consecutivos con la situación de nervios, tirando a pavor, que atravesaba el Athletic hace nada. Maná bíblico, como algo de milagrillo han tenido esas dos trabajadas victorias, viendo por ejemplo lo que ha fallado hoy el habitualmente implacable Roberto Soldado ante un Iraizoz que ha vuelto a ser el mejor.
Le ha ido al pelo la suplencia al guardameta navarro, sus dos últimos partidos han sido de libro. Algo que no oculta que le siguen llegando como Mihuras y que hoy el Valencia ha disparado más de 15 veces sobre su portería. Tras un primer tiempo en el que los leones con un gran Ibai (que dió un larguero) merecieron ir por delante, se acabó temblando ante el equipo de Valverde, que para nada notó haber jugado Champions entre semana. Seguro que esta derrota le duele menos al técnico de Gasteiz, que siempre pierde en Bilbao por cierto. Además se ha recuperado el gol de Muniain, lo que tampoco es un tema manco antes de ir a Getafe en busca de mayor tranquilidad.
El debut matinal del primer equipo rojiblanco trajo cierta novedad en cuanto al público que acudía a La Catedral. Era un ambiente algo distinto, de gente con ganas de despedir el viejo campo llevando a la chavalería y, como todos, de ver a su equipo coger oxígeno en la tabla.
En lo deportivo la baja de Herrera daba paso a la entrada de un buen San José en el medio campo ante un Valencia en cuadro en defensa y rotado en ataque tras su cita parisina de Champions, con Soldado en la banqueta y un trío de 'bajitos' jugones en el once de Valverde.
Con la adrenalina cargada por un campo a reventar y el triunfo del Sadar, los leones salieron como un pistón percutiendo con Ibai ante los parches levantinos en ambos laterales. Que se verían agravados con la lesión de Víctor Ruíz que obligó a Albelda a ponerse de central a la media hora de juego.
Un platanito con el exterior del de Santutxu trajo la primera ocasión al despejar Mathieu cerca de su propio marco. Fue una salida digna de un encierro de sanfermines en la que los chés no daban ni tres pases seguidos, pero en la que pese al control absoluto de posesión no se lograba asomarse por el área de Guaita.
Tanto fue así que los valencianos comenzaron a hacerse con el centro del campo optando los leones por meter verticalidad buscando unos huecos que tocando por dentro no encontraban. El problema es que el partido estaba mucho más abierto y las incorporaciones de Cissokho por la banda de Iraola causaban vértigo. Ibai, omnipresente, lo intentaba de lejos en el minuto 21, y luego en el 35 pegaba incluso una falta en el larguero.
Una suerte, la del disparo de fuera del área, que esta campaña parece prohibida en el Athletic, señal de la pérdida de confianza sufrida en un año muy duro. Y el que por contra ha ganado enteros en el baremo psicológico es Iraizoz, que tras su suplencia la verdad es que se ha puesto las pilas y en modo alcalino.
Esperar eso de Teixeira II ya era mucho como se demostraba a los 33 minutos, cuando Aduriz sufría un penalti escandaloso por un 'ipon' de Tino Costa que el árbitro cántabro obvió. Hasta la prensa de la ciudad del Turia no ha tenido ambages en reconocer la jugada, como luego la bilbaína la mano del propio donostiarra en la segunda mitad.
Ninguna sorpresa que no se señalizaran, por el nivel del trencilla y porque al equipo de Bielsa esta temporada le tienen que ametrallar para que le señalen uno a favor, que en contra ya van 8. De hecho en el 60' Teixeira iba a perdonar la expulsión a Albelda completando su habitual recital.
Finalmente con 0-0 y la sensación de que los bilbaínos debían haber tenido una mínima renta concluía un primer tiempo muy igualado en el que Ibai Gómez había sido el gran protagonista. En la reanudación se esperaba que el palizón de París pasara factura a los chés, aunque más bien pareció al revés. Lo cierto es que los blanquillos salieron a quemar las naves e Iraizoz tuvo que soltar un paradón ante el sobresaliente Feghouli, un futbolista camino de la élite continental a paso ligero. También Piatti probó al portero de Ansoain en un inicio furibundo dictado por la clase de Ever Banega, que cuando quiere sobresale varios palmos sobre la mayoría de creadores de fútbol.
Sufría el Athletic mientras la grada miraba a Bielsa esperando alguna reacción ante la avalancha visitante. El 'Loco' metió a Muniain, pasando Laporte al lateral y San Jose al puesto de central.
El Valencia había crecido mucho, llegaba constantemente y el extremo argelino se ensañaba con un equipo que empezó a recuperar sus miedos costándole horrores tomar buenas decisiones. Sobre todo en la salida de balón, que se convirtió en una pesadilla como las de Freddie Kruger. Por ello el camino más corto era buscar la vía Llorente por la que se optaba el último cuarto de hora cuando ya el conjunto vizcaíno ni rondaba casi el campo rival.
Pues fue mano de santo porque cuando peor se estaba pasando Iker Muniain, por fin, semivoleó un buen balón no despejado por la defensa para fusilar a Guaita marcando su primer gol en esta Liga ayudando a serenar el ambiente. Aunque casi lo hizo más Roberto Soldado al fallar instantes después un gol infallable con toda la portería para él. De esos que verán en medio mundo.
Es justo reconocer que los de Valverde fueron un ciclón en esta segunda parte y que hubo que estar con el corazón apretado hasta el último segundo en el que se llegó hasta a aplaudir a Llorente y a querer regalarle a escote un reloj de verdad a Teixeira. Pero que bien supo la segunda victoria consecutiva, que alivio. En Getafe más por favor.