Un Athletic agonístico retrasa, pese a Messi, el alirón culé
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Asís Martín III BilbaoEl Athletic ha empatado ante el FC Barcelona en un partido claramente divisible en dos mitades, mientras no jugó Messi y tras saltar el argentino al campo. Igualó el tanto de Susaeta, dió a Alexis el segundo, pero un gol salvador de Herrera en el 90' premió un encuentro muy meritorio de los bilbaínos. Habrá que ir ahora a por todas el viernes a Vigo, pero sin el propio Ander, sancionado.
Está claro que al Barça la paliza de Munich y la vuelta a disputar el próximo miércoles en el Nou Camp le iban a sugestionar. Desde la alineación a la puesta en escena culé daban una versión menor, que aún así es mucha versión, de un gigante futbolístico.
La ocasión la pintaban calva para homenajear a San Mamés y dárse un baño de autoestima, con lo que la táctica de echar el aliento en el cogote que tanto molesta a los de Vilanova fue la canción de la tarde, como bien aprendió Xavi.
Pero en el banquillo había un señor llamado Leo Messi. Según salió al campo, unido al cansancio, el tapete se inclinó del lado catalán. Pero esta vez sí hubo justicia, sí se brindo el espectáculo que San Mamés merece, y el empate sobre la bocina premió el esfuerzo agónico de los de Marcelo Bielsa, que mostraron una actitud encomiable.
Logrado ese espíritu, habrá que seguir peleando en Galicia.
La costalada que se dió Gerard Piqué cuando se caía camino del vestuario antes justo del inicio del partido era la foto que mejor definía las ilusiones zurigorris en una lluviosa tarde de sábado. Y el equipo se apunto la idea. Los leones comenzaron sin ningún complejo tirando la línea arriba, sin temor a combinar y a percutir con la últimamente afinada banda derecha.
La presión vizcaína en la salida de balón recordaba a la del glorificado curso anterior, y de hecho, fruto de un robo cerca del área en el minuto 5 Aduriz casi marca, pero el donostiarra no llegó por centímetros a un balón de Herrera que Valdés no pudo atajar.
Pasado el marasmo inicial, a partir del cuarto de hora Xavi pudo soltarse del marcaje de Gurpegui lo que permitió a los culés pasar a dominar la posesión y, directamente, a asustar. En el 16' el poste repelía un disparo de Alexis que había aprovechado los desajustes que crea el juego por dentro de los blaugranas para deshacerse de los centrales. También lo intentó Song o el propio metrónomo de Terrassa.
Al Athletic en el ecuador del primer tiempo era al que le costaba casi pasar de medio campo porque la presión del Barça semejaba lo que uno piensa que era estar en la cárcel de Guantanamo. Un infierno sensorial, sobre todo en este caso, para Ander Herrera.
Pero ayy amigo, una rápida contra provocada por Jon Aurtenetxe y llevada por Aduriz con una brillante bicicleta a Piqué incluída, permitía a Markel Susaeta, en posible fuera de juego, abrir el marcador con su sexto gol de la presente liga.
Un botín maravilloso a proteger con una paliza física brutal, porque hombres como Muniain o Susaeta no paraban de bajar casi hasta el área bilbaína siguiendo a sus eléctricos pares, Alvés y Alba.
Y lo cierto es que peleando para cementar el medio campo (pero sin sufrir en exceso) se pudo aumentar la ventaja al descanso con un cabezazo del propio atacante guipuzcoano que, solo y con toda la portería a su favor, salvó la vida a Víctor Valdés que ya estaba vendido. Porque Fabregas tuvo la suya en el descuento, sí, pero hubiera sido un milagro que entrara su remate sin ángulo.
Sabedor de sus opciones el equipo de Bielsa arrancó la segunda mitad con la misma porfía de cada pelota. Algo que iba a coger con el pie cambiado a Adriano que había salido por Abidal y al que Aduriz se empeñó en martirizar. En una de estas en el 55' le sacó una falta al brasileiro que Susaeta estrellaba en la cruceta.
Fue la alarma que hizo finalmente al banquillo culé echar al ruedo a un chavalín llamado... Leo Messi. En tres minutos cambió el partido.
Según salió el 'Darth Vader' de Rosario Gorka Iraizoz tuvo que salir a escena como si fuera su némesis Luke Skywalker. Casualmente el Barça con Leo empezó a llegar con peligro y con asiduidad, pero el portero de Ansoain, motivadísimo con su trabajo de coaching, destacó hasta por sus valientes salidas de puños.
Pero ni con kriptonita se para a un Messi que habrá hecho sacar un stock de Dodotis en Baviera si ven los del Bayern el golazo del empate que marcaba en el 66' tras volver loco a tres jugadores del Athletic. En un pis-pas anotaba y facilitaba otro gol a Alexis, quien también en posible fuera de juego como Susaeta, daba la vuelta al marcador. Golpe que acusó el equipo vizcaíno junto al esfuerzo brutal para igualarse al casi campeón, que deberá esperar uan semana, lo que llevó al 'Loco' a meter en el campo a Ibai y a Llorente.
El riojano tuvo su ración de pitidos, pero fueron música de txistu al lado de los que se llevó Iniesta tras sus melifluas declaraciones sobre un templo del fútbol como La Catedral. No bajaron los leones su deseo pero ya con el marcador a favor el Barcelona vivía más tranquilo dejando a su megacrack marcar las diferencias.
Afortunadamente el fútbol sí fue justo esta vez y Herrera en el 90' firmaba el empate con un gran zurdazo nacido de la pelea de Llorente con los dos centrales culés. Una gran alegría y aunque no fueran tres puntos, por fin quedó al sensación de que a nuestra viejo campo se le hacía una ofrenda como dios manda. Así sí.