Celebración contenida de Llorente en su reencuentro con el gol en San Mamés
Fernando Llorente, delantero del Athletic, se ha reencontrado este sábado con el gol en San Mamés. Hacía más de un año que el ariete de Rincón de Soto no marcaba en el feudo bilbaíno, un escenario que
se le volvió parcialmente hostil desde el anuncio de su no renovación como león. Tenía ganas de volver a marcar en La Catedral. De rendirle su particular despedida. Y ante el Mallorca se sacó esa espina.
Su celebración, claramente contenida, ha sido un reflejo inequívoco de sus sensaciones. Llorente ha saltado al campo en el minuto 54 para dar relevo a Aduriz. En su primera aproximación al área rival, no hizo el amago de llegar a un centro muy pasado desde la derecha. No habría llegado, pero una pequeña parte de los aficionados que estaban detrás de esa portería aprovechaban para descargar su frustración hacia el delantero con todo tipo de insultos.
Algo parecido sucedía en un remate alto. Así que cuando ha acertado, de semivolea en un centro de Susaeta, a firmar el 2-0, ha compensado esa rabia, sujetada en un gesto con el puño cerrado. Sus compañeros enseguida han acudido a felicitarle y darle apoyo. La hinchada, de forma unánime, ha aplaudido el gol de la tranquilidad, que se volvía más necesario aún cuando Giovani acortaba distancias con un magistral lanzamiento de falta. El gol de Llorente ha resultado clave para lograr la salvación virtual.
Cabe recordar que la última diana que había marcado en San Mamés fue la del 3-1 al Sporting de Portugal, el que otorgaba a los leones el billete a Bucarest a escasos segundos de la prórroga. Un tanto que desató la euforia, sin fisuras, en La Catedral. Este último, en cambio, deja un cierto sabor amargo por la irremediable despedida del león más desequilibrante de los últimos años.