Quo vadis, Athletic?
Cuando Asís Martín, me pidió hace unos días, un artículo del Real Madrid-Athletic, del pasado domingo, la verdad es que me las prometía muy felices, soñando con una crónica presidida por la euforia, cantando el asalto de los leones al coliseum merengue, pero no. Todo empezó a torcerse con un nombre propio, Ander Herrera…
Del partido, uno más para el olvido, ya se ha dicho todo… los del Txingurri fueron un sparring ideal para unos vikingos a medio gas. Por si esto fuera poco, había rechazado una invitación a un palco de los de alto copete, porque a la misma hora yo tenía otro ojo puesto en la Concha (los de Sestao, somos así) donde tampoco las cosas marchaban bien… mal presagio.
Pero vamos al lío, nunca mejor dicho. Después de una pretemporada maravillosa para el aficionado zurigorri, por lo tranquila, y en la que solo se hablaba de fútbol, o sea una bendición teniendo en cuenta los precedentes, aparecieron de nuevo los fantasmas, que en el caso del Athletic, adquieren una dimensión que aquí, por la Villa y Corte les cuesta un mundo comprender, acostumbrados como están, a un enorme trasiego de futbolistas que aman y odian, que encumbran y destruyen a una velocidad de vértigo… para ellos, es negocio puro y duro, con un objetivo claro, las victorias y los títulos.
Por eso no entienden las angustias y disgustos, cuando nuestros chicos escuchan los cantos de sirena, aun a riesgo de estrellarse contra las rocas, de los equipos de relumbrón, que siempre lo fueron, pero que ahora con su insultante poderío económico, han perdido, al menos para mí, parte de la leyenda que les acompañaba.
El caso es que el sainete, el esperpéntico desarrollo del frustrado traspaso de Herrera al United, que por cierto, debería hacer reflexionar a colegas periodistas, que bordearon el ridículo con sus “informaciones” contradictorias, nos ha obligado, casi de forma definitiva a reflexionar y preguntarnos… Quo Vadis, Athletic?
¿Qué pasa con los sentimientos, en un club que ha alardeado y con razón, de ser distinto, ni mejor, ni peor que otros, pero si distinto, incluso único por nuestra forma de competir?
¿Qué se ha hecho mal? Los Villalibre, Galarreta, Gil, Undabarrena, Aketxe, Guillermo y todas las perlas de Lezama,... ¿no aspiran a surcar la ría en gabarra? ¿No aman al Athletic?
Difícil respuesta, pero yo quiero creer que sí, aunque no es menos cierto que ahora el enemigo deportivo es más feroz e insaciable y que el mundo, el demonio y la carne, están ahí, mucho más cerca que antes y caer en las tentaciones, ay ama! es mucho más sencillo que en los tiempos de Zarra…
Es otra guerra, para la que hay que prepararse desde el inicio, a base de educar y convencer a los futuros leones que pueden lograr lo máximo aquí; pero sobre todo, si alguien quiere o necesita probar otras cosas y vivir experiencias nuevas, lo mínimo exigible es que haya aprendido unos valores, como el respeto a su equipo y a la afición que los venera y apoya siempre.
Porque aquí nos gustan las cuentas claras y los amigos viejos, y que tienen un ejemplo en Barcelona, con Víctor Valdés, avisando de sus intenciones con el tiempo adecuado para que su club, no sus dirigentes, a los que de hecho no soporta, pueda actuar en consecuencia.
Por último, quiero lanzar un mensaje optimista. Observando desde la distancia por donde van los tiros de este futbol-marketing-negocio… su espectáculo, me seduce cada vez menos y cuanto más los conozco menos me gustan, y siempre preferiré tomar deportivamente Old Trafford, con 8.000 valientes y todo un pueblo detrás, que resignarme a lo que muchos aspiran, aunque no lo digan abiertamente: vernos doblar la rodilla como los segundones… ¡¡que ilusos!! ATHLETIC ETERNO!!
Por Jaime Ugarte, periodista
@UgarteJaime
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